Los municipios de Petlalcingo, Chila, San Miguel Ixtlán, Caltepec, Zapotitlán y Miahuatlán se encuentran en una zona clasificada como desastrosa durante un sismo, de acuerdo con la categorización de intensidad de un movimiento telúrico que se considera en el Atlas de Riesgo de Puebla.

En tanto, la Mixteca poblana es donde se encuentran los municipios que pueden quedar en ruinas en caso de un sismo, en este grupo se consideran Acatlán, Guadalupe, Piaxtla, Ahuehuetitla, Axutla, Tulcingo, Chila de la Sal, Tecomatlán y Chinantla.

Los Ayuntamientos donde los sismos se consideran destructivos por la posibilidad de su intensidad, son: Xicotlán, Ixcamilpa de Guerrero, Albino Zertuche, Chaiutla de Tapia, Izúcar de Matamoros, Tepeojuma, San Diego la Meza Tochimilzingo, Santa Catarina Tlaltempan, Huahuatlauca, Zacapala, Molcaxac, Huitziltepec.

En los municipios donde los movimientos sísmicos se perciben muy fuerte son: Jolalpan, Teotlalco, Huehuetlán el Chico, Chietla, Tepexco, Cohuecan, Acteopan, Tepemaxalco, Atzizihuacán, Tochimilco, Tianguismanalco y Tlahuapan.

En el caso de Puebla capital se considera que en la parte centro se perciben muy fuerte, pero en la zona conurbada se presume ruinoso.

El Atlas de Riesgo señala que en las regiones de Izúcar de Matamoros, Tepeaca, Tepexi, Acatlán y Tehuacán se consideran en peligro medio-alto, ahí se presentan epicentros con magnitudes que van de los 3.1 a 6.3 grados en escala de Richter y en municipios ubicados al sur, van de los 6 a los 7 grados.

El Atlas de Riesgo de Puebla advierte que la entidad es la número cinco a nivel nacional donde se presenta más sismos, la zona de la Mixteca donde se advierten más epicentros a lo largo de la historia por su cercanía con los estados de Oaxaca y Guerrero.

Es la Sierra Norte de Puebla la menos susceptible de sismos por sus características geológicas, sin embargo, también corre riesgos ante movimientos de las placas tectónicas por el deslizamiento de laderas que a su vez genera deslaves. "Cuando se presenta un sismo se generan fuerzas inerciales dentro de la ladera, las cuales aumentan los esfuerzos cortantes actuantes en la superficie de deslizamiento, lo anterior puede provocar desprendimientos de bloques, deslizamientos, flujo de suelos y avalanchas, dependiendo de las características intrínsecas de la ladera como son su topografía", dice el Atlas.