Viernes 03 Noviembre 2017

Doña Mary López cada año vende flor de muerto a unas calles del Panteón Municipal, se dedica a sembrar, cortar y vender las flores desde los 7 años de edad; originaria del municipio de Acatzingo viene a la capital de Puebla el 2 de noviembre, exclusivamente a vender su producto.

Toda su familia se dedica a la venta de flores, durante el año sus huertas van cambiando de colores, en enero su campo se ve amarillo por los girasoles, en abril cambia a rosa y en octubre a naranja por el cempasúchil.

"Mis padres me enseñaron el labor del campo, yo se los pasé a mis hijos, ellos a sus esposas y ellas les enseñarán a mis nietos, las flores le dan vida al campo, pero en especial el cempasúchil nos recuerda la importancia de la vida y de la muerte", detalló.

En su natal Acatzingo, la flor la vende más barata porque tiene mucha competencia; además, surte a los vendedores locales que se dedican a comercializar la flor, dentro y a las orillas de la Central de Abastos del municipio de Huixcolotla.

Recuerda que desde niña, sus padres la levantaban muy temprano el Día de Muertos para llegar a la capital, encontrar un lugar cerca del panteón y poder vender las flores que cosecharon durante meses.

El olor a cempasúchil le recuerda a sus padres que ya fallecieron, pero también le recuerda el trabajo y esfuerzo que ha hecho toda su vida para sacar adelante a su familia y que "le tiene que echar ganas", y nunca dejar de trabajar.

Ella trata a diferencia de los vendedores fijos del Panteón Municipal de vender la flor más barata, al inicio de temporada ofertó en 170 pesos la paca, pero para Día de Muertos los ramos con siete flores son a 10 pesos y las maletas en 150 pesos.

Explicó que trata de bajar sus precios para hacerle competencia a los otros vendedores, pues los consumidores no sólo buscan la flor más barata, sino que buscan la más bonita y la que esté más cuidada, "tenemos mucha competencia; además, hay flores que nos maltrataron los turistas que van y se tomaban fotos en los huertos, no entienden el valor de las plantas, ellos entran con sus cámaras y sus palos, les importa poco si dañan las flores, y a los compradores les gustan que se vean bonitas", compartió.

A las personas que fueron a tomarse fotos a sus huertos, doña Mary les pidió que se retiraran porque estaban haciéndole daño a la planta, algunos de ellos fueron groseros y la amenazaron de denunciarla por redes sociales por no dejarlos admirar la belleza natural, pero desde su opinión, los visitantes sólo maltrataron las flores y eso la puede perjudicar en su trabajo.