Con 60 años de edad, Ignacio Rodríguez cuenta que ha dedicado toda su vida al servicio de barbería en un local ubicado en el Centro Histórico de la capital poblana y detalla que la única vez que dejó de prestar el servicio ha sido a consecuencia del sismo del pasado 19 de septiembre, el cual dejó graves afectaciones y lo obligó a cerrar y aunque trabajó desde su casa, señala que su clientela disminuyó pues vive hasta el sur de la ciudad.
"No podía quedarme sin trabajar, por eso pegué cartulinas con mi número para que la gente supiera que estaba trabajado desde mi hogar, pero quién va ir hasta el sur, sólo iban personas que me conocían de años, pero fueron muy pocos", relató a El Popular, diario imparcial de Puebla.
Para Don Nacho, como es conocido, salir adelante después del sismo no ha sido nada fácil, a pesar de que ya regresó a su local, la gente ya no acude como antes pues ha visto cómo los ciudadanos tienen miedo de salir a las calles. Reabrir sus puertas ha sido de las pruebas más difíciles que ha tenido que superar; su negocio, el cual creía consolidado, ahora tiene que "volver a empezar". Compartió que todo el tiempo la gente ve hacia arriba y con prisas, ya no se quedan más tiempo a pasear como solían hacerlo, pues temen que alguna casa se caiga o que vuelva a temblar.
"Se respira todavía miedo y es normal, sólo los que estuvimos en el centro de la ciudad van a entender los estragos del 19 del septiembre; ver tantos negocios destruidos, las pobres personas que fallecieron, fue un día muy triste", compartió.
Le da tristeza que el primer cuadro de la ciudad siga sin regresar a la normalidad; sin embargo, por todos los años que ha laborado en esta zona piensa seguir trabajando para recuperar su economía y su clientela; además, considera que poco a poco va ir regresando la gente, pues es uno de los centros comerciales más importantes de la ciudad. Opinó que la gente prefiere los precios y la variedad del centro, pero por todas las zonas restringidas y las combis que han dejado de pasar, la gente opta por ir a las plazas comerciales o el Outlet. Al igual que otros de sus compañeros, cree que la falta de trasporte público ha afectado a que la ciudadanía vaya menos, pues muchas veces van acompañados de niños o adultos mayores que no pueden caminar grandes distancias. La barbería de Ignacio Rodríguez es pequeña, cuenta apenas con dos sillas para rasurar y una banca larga para que las personas esperen su turno. Si bien, el inmueble cuyo interior es de color gris mate, no muestra grietas ni estragos del sismo, sólo se ve viejo. Conocida por el nombre de su propietario, la barbería está ubicada sobre la avenida 6 Oriente entre las calles 4 y 8 Norte, justo detrás de La Casa del Alfeñique, la cual también resultó afectada tras el sismo. |