Discapacidad no limita ilusiones de Santiago
El joven con parálisis cerebral desea ser DJ e ingeniero; aunque en Puebla hay pocas opciones de apoyo académico para este sector
Estudiar una ingeniería, crear una cafetería, ser DJ, así como generar un negocio de diseño, son los sueños en los cuales Santiago Jiménez Díaz, de 17 años y con Parálisis Cerebral Infantil (PCI), ha comenzado a trabajar gracias a sus deseos de formarse académicamente para contar con un empleo remunerado que le permita llegar a ser independiente, tal como lo promueven instituciones internacionales en el marco del Día Internacional de las Personas con Discapacidad. La conmemoración fue instaurada desde 1992 por la Asamblea General de las Naciones Unidas mediante una resolución para fijar como Día Internacional de las Personas con Discapacidad el 3 de diciembre. El objetivo es promover los derechos así como el bienestar de este sector en todos los ámbitos de la sociedad y el desarrollo.
Fotos: Karen ROJAS
La sonrisa del menor es una constante cuando habla de estos temas, aunque los movimientos de su cuerpo no son controlados y debe ser asistido para mantenerse sentado en la silla de ruedas que utiliza. El origen de sus anhelos son diversos, pero la base es el impulso de sus padres, María de los Ángeles Díaz Nolasco y Santiago Jiménez Sánchez, quienes desde sus primeros años de vida confiaron en sus habilidades. En entrevista con El Popular, diario imparcial de Puebla, explica, con dificultad para articular sus palabras, que tiene la idea de crear un comercio enfocado al diseño y ya hace sus primeros esfuerzos para ganar clientes. A través de la computadora, así como de un aparato muy parecido a un mouse, Jiménez Díaz realiza nubes de palabras, éstas consisten en encasillar diferentes frases relacionadas para formar una imagen. El joven, quien cursa el diplomado en Comunicación Digital y Social Media, detalla que ya ha hecho diversas nubes de palabras, una de los Beatles, una más sobre Halloween y otra más vinculada con la fisioterapia. A cada cliente le ofrece la primera en 100 pesos, pero si le demandan más, las comercializa hasta en 50 pesos. Hace dos semanas comenzó a vender las primeras. No es tan fácil hacerlas, es cuestión de creatividad pues todas las palabras deben quedar de tal forma que puedan entrar en una figura representativa y además estar relacionadas. La más complicada le llevó hasta siete días, puntualiza el estudiante. Las cifras más recientes del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) las cuales datan de 2014 pero fueron publicadas en 2016, en Puebla sólo el 35.8 por ciento de la Población Económicamente Activa (PEA) con alguna discapacidad cuenta con un trabajo, lo cual contrasta con aquellos quienes no están en esta situación pues el 65 por ciento se encuentra ocupado. Ésta no es su única aspiración de Santiago, también prevé desempeñarse animando las fiestas al hacer mezclas con la música. También gracias a las nuevas tecnologías ya tiene listos sus primeros tres "intros" para utilizarlos en cuanto haya una oportunidad. Santiago Jiménez explica que su amor por las melodías surgió por la influencia de su familia. Su tía, por ejemplo, en cuanto pone alguna se pone a bailar y su abuelo paterno, quien ya falleció, era un melómano, es decir amante de la música, de ahí su interés de participar en la "pachanga" es provocar la alegría en los demás. Pero el joven no sólo piensa en la diversión, también es realista, considera que poner una cafetería sería una opción para tener ingresos económicos más "seguros" y convertirse en alguien más independiente. Sus ilusiones no tienen límites, también prevé en el futuro convertirse en un ingeniero, tal como su progenitor, quien se dedica a ser ingeniero electricista industrial, para después ofrecer sus servicios a Petróleos Mexicanos (Pemex).
Sin instituciones para los jóvenesLos padres de Santiago señalan que las instituciones para fomentar la capacitación académica de los individuos con algún tipo de problema como su hijo son nulas, las pocas existentes sólo se limitan al tema de la rehabilitación, pero dejan de lado que este grupo tiene habilidades y puede desarrollarlas para obtener no sólo un empleo, sino que éste sea digno y bien remunerado pues tiene la inteligencia así como las habilidades. Justamente este año ubicaron al Instituto de Capacitación para el Empleo Profesional (ICEP) en donde ofrecieron una beca para su hijo, quien a pesar de no poder controlar al 100 por ciento su cuerpo, su cerebro se comporta de manera saludable como el de los demás. Tanto Díaz Nolasco como Jiménez Sánchez hicieron un llamado a los tutores de los menores que presentan algún tipo de discapacidad, a no abandonarlos en sus hogares y, por el contrario, confiar en sus destrezas y comprensión, pues con apoyo pueden desarrollarse como cualquier otro niño o niña. En el mismo análisis, el Inegi reporta que a nivel nacional el 46.5 por ciento de esta población, de 3 a 29 años, asistía a una institución educativa; en el caso del territorio poblano, el porcentaje disminuye a 42.2 por ciento. En el desglose por sexo, se indica que sólo el 46.7 por ciento del género masculino acudía y del femenino el porcentaje era de 37.3. La falta de asistencia de los menores a las escuelas se refleja que en el grupo de edad de 6 a 14 años, el 46.5 por ciento no sabía leer ni escribir un recado. Esto también se observa en los niveles de formación académica, sólo el 5.2 por ciento llega al nivel superior. La mayoría se queda solo con la primaria, este grupo representa el 46.2 por ciento. El segundo, lo constituyen aquellos quienes nunca han ido al colegio, estos representan el 28.2 por ciento de la totalidad.
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