La falta de espacios libres en las banquetas, señalética en braille, guías podotáctiles y semaforización sonorizada, son algunos de los obstáculos a los que se enfrentan las personas con discapacidad al transitar las calles de Puebla. Con motivo del Día Internacional de la Discapacidad, la organización civil A Pata, realizó una evaluación en las calles del Centro Histórico, el objetivo fue identificar las malas condiciones de accesibilidad y las calles que no dan seguridad a débiles visuales o personas en sillas de ruedas.
"Curiosamente caminar es una de las acciones que más realizamos pero esta ciudad no nos ofrece las condiciones adecuadas para ejercer el derecho de vivir la ciudad", mencionó Denisse Larracilla Razo, miembro de la organización.
Consideraron que la figura del peatón en el núcleo de la ciudad ha sido "desvalorizada", pues la infraestructura es destinada exclusivamente para la movilidad motorizada. Para evaluar las calles, A Pata realizó una caminata de evaluación colectiva, en donde observaron seis puntos: accesibilidad universal; conectividad; confort y estética; legibilidad; seguridad personal y seguridad vial. En el inciso de accesibilidad universal, calificaron que las calles aledañas al Paseo Bravo y al Museo del Ferrocarril -en la 13 Norte-, no tienen dimensiones adecuadas para el uso de silla de ruedas, muletas y carriolas, que sería un mínimo de 1.50 metros. En el segmento de conectividad, registraron que en el trayecto de El Gallito del Paseo Bravo al Museo del Ferrocarril, hay vialidades muy amplias con altas velocidades vehiculares. En confort y estética un obstáculo que encontraron fue vegetación en las banquetas, muy poca sombra y cero zonas de hidratación. En legibilidad sólo hallaron una señalética en braille y ningún semáforo sonorizado, mientras que en seguridad vial las líneas de alto en cada esquina ya se borraron y muy pocos conductores ceden el paso al peatón. Para la anterior evaluación, A Pata utilizó un kit detector de obstáculos, el cual consiste en una caja de cerillos que contiene una tapa de refresco, un hilo y un gis, con estos materiales miden las banquetas y si la guarnición rebasa la altura de la tapa ya es un obstáculo para el discapacitado.
"A pesar de que caminamos por estas calles todos los días no somos conscientes del obstáculo que representa para estas persona, estamos acostumbrado esquivarlos o a enfrentarlos como si fuera algo normal, pero no es así", compartió.
Los participantes que se unieron a la caminata de evaluación, tenían que taparse los ojos o usar muletas, para "ponerse en los zapatos" de las personas con discapacidad. Con los resultados que obtuvieron harán un reporte, posteriormente crearán un mapeo de las calles más peligrosas para caminar y tratarán de entregarlo a las autoridades correspondientes para que mejoren la infraestructura. En su reporte detectaron que la zona que menos brinda seguridad para los peatones además del Centro, es Angelópolis; a pesar de contar con ciclovías y esta parte de la ciudad representa peligro para los discapacitados. |