Al menos mil mujeres al año provenientes de Guatemala, Honduras y El Salvador, en su paso por Puebla, han sido víctimas de la desigualdad y exclusión social; además, son presas fáciles de pandillas, cárteles de la droga y de la impunidad que opera en algunas zonas, siendo vulnerables a la violencia sexual, física y de género, reveló una investigación conjunta entre la BUAP y la Universidad Complutense de Madrid, que ayer miércoles fue presentada como parte de las Jornadas Iniciativa por una Vida Sin Violencia de Género y Migración Centroamericana en Puebla. En la presentación del diagnóstico titulado Mujeres, Migración Centroamericana y Violencia, las académicas responsables de la investigación detallaron que las mujeres migrantes dejan sus países principalmente por la baja economía, cuando en años pasados era resultado de la migración masculina, pues querían reunirse con sus parejas sentimentales. La coordinadora del Centro de Estudios de Género (CEG), de la Facultad de Filosofía y Letras de la BUAP, Josefina Manjarrez Rosas, dijo que detectaron que la migración aumenta cada año en el estado, pero la cifra es muy variable por las deportaciones y las detenciones. Por su parte, la investigadora y profesora Almudena Cortés Maisonave, mencionó que en el proceso de recaudar información no trataron de contabilizar, sino de "entender la violencia y saber por qué ellas son más vulnerables a esta situación" y precisaron que los agresores no son exclusivamente mexicanos, sino que forman parte de una red de coyotes de otros países o de sus mismos compañeros de viaje.
"Hasta la fecha en Puebla no se habla de estos temas, pero existe, La Bestia pasa por Puebla y muchas mujeres migrantes son violentadas en este intento por ir a Estados Unidos. El estado no está al nivel de otros lugares que trabajan con esta temática, por eso este diagnóstico quiere contribuir a sensibilizar", explicó.
El estudio se centró en mujeres que estaban en estaciones migratorias, las detenidas les compartieron que la violencia inicia con las instituciones, pues muchas veces violan sus derechos como seres humanos. Otras son captadas en su intento de "ir al otro lado" y las someten a la prostitución, incluso, algunos hombres se ganan su confianza y al sentirse protegidas se vuelven sus acompañantes, tiempo después ellos las violentan.
"Una de las estrategias que tienen las mujeres para no ser violentadas es buscar el apoyo de otros varones que pueden ser coyotes o compañeros que las protegen al momento, pero que les piden ciertos favores, muchas veces sexuales", mencionó la coordinadora del CEG.
Con los resultados esperan incidir en las políticas públicas en materia migratoria y generar conciencia tanto en la población como en las autoridades para disminuir el problema social. |