Vence el fotógrafo Demetrio la barrera de la tecnología
El originario de Tlaxcala convirtió en su fuente de ingresos capturar rostros en la Catedral de la capital poblana
A sus 87 años de edad, Demetrio Xoloxotzi Hernández ha superado la barrera de la tecnología, la cual para muchos adultos mayores representa un impedimento al desempeñar sus actividades; sin embargo, ha decidido cambiar una de sus herramientas, unos nuevos ojos que le permitirán capturar rostros desde uno de los puntos más antiguos de Puebla, la Catedral de la capital poblana, en donde ha logrado inmortalizar a cientos de viajeros en sus fotografías desde los años setenta del siglo pasado con una cámara instantánea, que ahora quedará en el baúl de los recuerdos para dar paso a una digital. Xoloxotzi Hernández es viudo y originario del estado de Tlaxcala, desde su adolescencia trabajó en el territorio poblano como obrero en sitios como Textiles Lobers. Con su salario logró sacar adelante a sus tres hijos, uno se dedica al diseño gráfico; el otro sigue a su cargo pues tiene una discapacidad intelectual y además es cuidado por su hermana, quien estudió para laborar como secretaria. En entrevista con El Popular, diario imparcial de Puebla, explicó que su vida marchaba con normalidad hasta que la crisis comenzó en el sector. La iniciativa privada tenía dos alternativas a mediados de los años sesenta del siglo pasado, comprar nueva maquinaria o morir. La empresa para la cual laboraba optó por la segunda al no tener el capital suficiente. En su momento se le advirtió que la compañía cerraría, pero en su caso esperarían a que cumpliera los 65 años de edad para que se pudiera jubilar. Con tal noticia, comenzó a idear nuevas opciones para tener ingresos económicos, en especial al considerar su edad, pues la mayoría de los jefes buscan personal que no pasen los 35 años de edad.
Inicia un nuevo proyectoUno de sus amigos llamado Cesario Guevara, fue quien le enseñó a usar la cámara después de escuchar su historia. Todo ocurrió casi en una semana, le prestó una instantánea, le mostró como operaba y la mejor forma de hacer los retratos. Durante ese lapso tomó fotos, aprendió a no enfocar a contraluz, verificar la velocidad para la captura de la imagen, los tipos de lentes, entre otros aspectos. El dinero recolectado se le quedó a Cesario Guevara, pero después éste lo impulsó para que se comprara su propio equipo y cobrara por su trabajo, no sólo en este sitio histórico, sino también en diverso eventos sociales. Fue así como adquirió su primer equipo, hecho de metal, tomaba fotografías en blanco y negro, duró con él alrededor de cuatro años para después modernizarse con aquellos que daban la opción de color; además, ya estaban hechos de plástico. En esa época era toda una novedad, cada día se llegaban a tomar entre 90 y 60 diarias a pesar de la competencia, pues había por lo menos 20 personas que desarrollaban la misma actividad en el atrio, sin contar a quienes se ubicaban en la fuente de San Miguel o en el Paseo Bravo, explicó Xoloxotzi Hernández. Después de que terminó su contrato con la empresa donde laboraba se dedicó por completo a la fotografía, pues al inicio sólo lo hacía durante los fines de semana. "Como ya me habían pensionado en la industria textil y pues yo tenía que hacer algo porque no me quería sentir inútil, pues me sentía con suficientes fuerzas para desempeñar otro trabajo. Me dice mi señora 'pues ahora de qué vamos a comer', y bueno lo de la pensión es poco, de poco a nada es una ayuda, le digo: 'no te preocupes, yo voy a seguir trabajando, a ver en qué', y agarré la fotografía de lleno en 1970." Cambió de manera constante de cámara pero siempre ofreció las instantáneas a sus clientes; aunque asegura que con los años y la llegada de teléfonos inteligentes todo cambió, pues los turistas optan por generar sus propias fotografías con sus móviles, como consecuencia las ventas bajaron, sólo logra hacer 12 o 15 fotos en días festivos, sábados y domingos, el resto de la semana es más complicado, dos o tres, a veces ninguna, detalla el fotógrafo de cabello blanco y piel morena a causa de esperar a sus posibles clientes bajo los rayos del sol en la puerta del templo religioso ubicada en la calle 16 de Septiembre. Hasta el pasado 3 de enero de este 2018 usó una Polaroid 195; sin embargo, ya no puede utilizarla más pues no se fabrica más el papel FP100 para la impresión de las fotografías y ahora, al igual que las nuevas generaciones, no tendrá más opción que utilizar las opciones modernas. En la fecha antes referida, todavía se dio cita en el Zócalo, ya que acordó con algunos amigos que venden pulseras en la Catedral utilizar las últimas placas para fotografiarse con ellos, pues su labor lo ha vuelto un ícono desde hace 48 años, en especial porque ya ninguno de sus compañeros sigue con esta labor, algunos fallecieron y otros más dejaron de luchar ante el progreso. [Especial] Demetrio Xoloxotzi, 48 años retratando turistas en el atrio de la Catedral de Puebla ? pic.twitter.com/qIbMbHbSve - El Popular (@diarioelpopular) 7 de enero de 2018
Las redes sociales lo han apoyadoEs común que paseantes se le acerquen para solicitarle una foto, pero ante la negativa y explicación de que a partir del 8 de enero tendrá un nuevo equipo, algunos sólo le piden que pose junto ellos portando su cámara, teniendo junto a ellos como fondo la catedral.
"A partir del lunes voy a trabajar con cámara digital y una impresora para seguir haciendo fotos instantáneas, es un arriesgue por la inseguridad, pero primeramente Dios, andando en la calle nunca me ha pasado nada", comentó.
Xoloxotzi Hernández expresó que nunca creyó volverse popular, pues todo comenzó por necesidad, pero terminó por amar su trabajo al generar los recuerdos no sólo de turistas nacionales, sino también de extranjeros, quienes muchas veces no sólo le pagaban su foto de 70 pesos, también le daban una propina al considerar una reliquia su instrumento. Si bien, se ha hecho popular en internet por hacer uso de una cámara instantánea antigua, mantiene la esperanza de seguir su labor. "Pues sí, porque mucha gente me conoce, principalmente en la radio, la televisión, en el Facebook me han hecho publicidad y a veces aunque no tenga publicidad, Catedral es visitado por personas de toda la República Mexicana, lo primero que hacen al llegar a Puebla es visitar la catedral; yo estoy aquí, les ofrezco y pues sí se llevan aunque sea una fotito y esa es una gran ayuda". Afirma que continuará realizando su pasión hasta que ya no pueda más, cuando de verdad su cuerpo ya no responda, pero mientras tenga fuerzas seguirá tomando fotos en papel, porque ésas son las más valiosas y no aquellas que se quedan archivadas en alguna memoria de la computadora o artículo electrónico.
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