Sábado 10 Febrero 2018

Tras pasar por una separación, Luisa Isabel Reyes Martínez decidió sacar adelante a sus hijas por su cuenta y darles una buena educación. Convencida de que tenía que emprender un negocio para alcanzar una mejor calidad de vida, pidió ayuda a Pro Mujer con el objetivo de realizar el sueño de ser su propia jefa.

"Después de mi separación sabía que tenía que ponerme a trabajar pero no había quién cuidara a mis dos hijas, necesitaba un trabajo que me permitiera estar con ellas pero al mismo tiempo me dejara ganar dinero. Pensé en buscar trabajo en una fabrica o cualquier otra empresa, pero tenía que estar ahí todo el día, y a mis hijas nadie las iba a ver, no hay nada mejor que emprender, manejar tus tiempos y disfrutar el tiempo con mis hijas que es lo más importante".

Su madre, Isabel Martínez Rodríguez, solía tener un puesto de cemitas, pero por su avanzada edad y una enfermedad dejó de atenderlo; por lo cual, Luisa pensó que era el momento idóneo para retomar el negocio familiar y para que ella pudiera autoemplearse; sin embargo, la apertura necesitaba dinero y una vecina la invitó a conocer Pro Mujer México, una institución que combina las microfinanzas con el cuidado de la salud y el empoderamiento de las mujeres. Además, otorga créditos para la inversión de un negocio, capacita a las mujeres en educación financiera, destrezas en negocios, salud, desarrollo humano y da servicios como toma de glicemia capilar, índice de masa corporal, presión arterial y servicios de consejería.

"Con el dinero compré una parrilla, comales y pinté el local, compré banquitos e invertí. Arreglé, hice lonas para atraer gente y ya después no sólo ayudó a mi negocio, sino que me ayudó a mí y a mis hijas para salir adelante", mencionó.

Fotos: Karen Rojas

El negocio ayuda a pagar su préstamo, pero al mismo tiempo la ayuda a pagar las cuotas de las escuelas, uniformes y hasta le ha dado la oportunidad de ir a excursiones.

"El negocio está en la cochera de mis papás, entonces tuve que comprar lámparas para que se viera bonito, mi papá en su tiempo libre puso lo más caro que fue el colado, pero ahora todos hemos apoyado para no dejar de vender nuestras cemitas", detalló.

El local está ubicado en la colonia Miguel Hidalgo en la capital poblana, todos los vecinos lo conocen como el negocio de las güeras o las cemitas de las güeras, al día después de las 17 horas llegan alrededor de 50 comensales.

Estar en el negocio de las cemitas, le permitió seguir al cuidado de sus hijas, pues desde temprano las lleva a la escuela, después compra sus productos, las va a traer y en la tarde mientras prepara lo que va vender puede ayudar a las niñas a hacer la tarea.

El negocio se ha expandido y ahora no sólo venden cemitas, también tostadas y pelonas, su hermana mayor se ha incluido al negocio y sus padres al ver la gran afluencia regresaron a atender.

"Una de mis hijas tiene 9 años y la otra 2 años y medio, si en la escuela piden cooperación para un festival, un convivio o demás, nunca quedo mal, me alcanza para mis pasajes y para comprarles ropita; gracias a este préstamo puedo invertir y con lo que gano pago lo que me prestaron, siento que sin este tipo de ayuda no hubiera podido estar estable como ahorita lo estoy", compartió.

En la actualidad lleva una buena relación con su expareja, hasta él la ha llegado a felicitar por su trabajo constante y aunque también le ayuda con las niñas, está segura que no necesita de nadie para salir adelante.

En Pro Mujer hay diferentes tipos de créditos y las divide en grupos, el de Luisa se llama Las Lindas son 10 mujeres que querían poner un negocio. Invitó a todas las mujeres que tengan la inquietud de poner sus negocios a acercarse siempre y cuando tengan la inquietud de trabajar y ser constante con sus pagos.

"Le he contado de esto a más amigas, ingresaron y ahora ya venden ropa, productos de belleza, todas somos pequeñas empresarias, el chiste es echarle ganas y querer salir adelante".