"Gobierno de Moreno Valle, un autoritarismo ilustrado”

Lo que une a Mario Marín y RMV es no creer en la democracia como una posibilidad para gobernar

"Gobierno de Moreno Valle, un autoritarismo ilustrado”
Dulce IBARRA | PAN y PRD significaron exactamente lo mismo que los priistas "Gobierno de Moreno Valle, un autoritarismo ilustrado”

Un sexenio donde el autoritarismo creció, se violaron los derechos humanos y se reprimió la disidencia generó que investigadores de la Universidad Iberoamericana desarrollaron un cuaderno de investigación que desmenuza al gobierno del expresidenciable: Rafael Moreno Valle Rosas (2011-2017). La persistencia del autoritarismo subnacional.

El coordinador de esta investigación es Juan Luis Hernández Avendaño, director del Departamento de Ciencias Sociales aborda el análisis de los gobiernos estatales desde Puebla, donde, expone, no gobernó la alianza PAN-PRD que ganó las elecciones en 2010, sino el morenovallismo.

Asegura que el PAN y PRD nacieron con una perspectiva democrática y una vez que ambos lograron sacar al PRI del poder, significaron exactamente lo mismo que los priistas: los partidos de oposición se priizaron y es lo que vemos ahora quizá en el fenómeno de Morena.

¿Qué los motivó a desarrollar este trabajo de investigación?

-Fueron tres las motivaciones que nos llevaron a acercarnos analíticamente a lo que ocurrió en el sexenio de Rafael Moreno Valle: primero creo que en los últimos años ha habido una preocupación más creciente no sólo en Puebla sino a nivel nacional en torno de ¿qué pasa en los estados? A partir del año 2000 sabemos que hubo una suerte de autonomía política de los gobernadores. Antes, los tenían una dependencia política con respecto del presidente, tan sólo en su sexenio Carlos Salinas de Gortari movió a 17 por varias razones, pero muchas tenían que ver con que las gestiones gubernamentales comenzaban a ser complicadas: algunas tenían problemas de gobernabilidad otros de represión social y esa situación representaba un problema para el presidente quien debía cambiarlos.

En el cuaderno de investigación se recuerda que Luis Echeverría tuvo que mover al abuelo de Rafael Moreno Valle cuando era gobernador de Puebla en la década de los setenta del siglo pasado justo por la represión social que hubo y que empezó a encarecer el propio margen de maniobra de Luis Echeverría. Hasta antes del año 2000 los presidentes debían cargar con la gobernabilidad de los estados y los gobernadores tenían que responder; después del 2000 los gobernadores se volvieron autónomos políticamente hablando y eso nos ofreció un fenómeno político nuevo: la concentración de facultades constitucionales y metaconstitucionales, como decía Jorge Carpizo allá por los setenta, que comenzaron a plantear un nuevo fenómeno político: el abuso y uso de poder. Esa primera intención daba ya resultados claros: tres generaciones de gobernadores con ejercicios abusivos y eso teníamos que analizarlo.

Era una motivación lo que pasaba con las alternancias. En la mayor parte de las entidades el PRI seguía siendo gobierno; desde 1929 Puebla era una de esas entidades y en 2010 esa hegemonía la rompió por primera vez la alianza PAN PRD: la derecha y la izquierda se aliaba para democratizar los estados, por eso nos parecía importante analizar qué había pasado particularmente en un estado que echó al PRI después de 8 décadas de poder, después de lo que vimos en el sexenio de Rafael Moreno Valle con la Ley Bala, la supresión de los registros civiles en las juntas auxiliares, la obra pública, el sobreendeudamiento, era importante analizar qué paso con la promesa de ser distinto a lo que ofrecía Marín.

Estas fueron las razones por las que pensamos que era importante dejar en claro que prometieron mucho en la toma de protesta de Moreno Valle, donde más bien parecía ser un laboratorio de cómo la alternancia sí nos llevaría a más democracia y fue exactamente al revés.

¿Se perdió el alcance democrático en la alternancia de los partidos que llevaron a Moreno Valle al poder y que se mantienen en unidad en este proceso electoral?

-Sí, creo que se juntaron dos procesos políticos que ahora estamos viviendo con una naturalidad impresionante: el vaciamiento de los partidos: en 2010 la alianza PAN-PRD ofrecía gobernar diferente, elementos distintos a los del PRI. Cuando vemos que en el sexenio de Moreno Valle esa alianza no se refleja en el gobierno, parece que las alianzas no son para gobernar; no pudimos ver en el gobierno de Moreno Valle el programa que el PRD ofreció en los últimos 20 años en términos de política social, de derechos civiles. En la ciudad de México el PRD abanderó muchas de las agendas como matrimonio igualitario, aborto ¿qué de eso se vio en el sexenio de Moreno Valle? Evidentemente nada.

Ahora veamos que nada del PAN se llevó al gobierno. Los partidos se vaciaron y terminó siendo un gobierno personal que dio lugar a una corriente política hegemónica llamada morenovallismo que aglutinó a una parte del PAN, del PRD del Panal, del Partido Verde y una parte muy importante del PRI.

El morenovallismo refleja muy bien cómo los partidos se vaciaron y logró construir un espacio en el que se veían representados los intereses de las élites de esos partidos; daba lo mismo estar en el PAN en el PRD o en el PRI. Cuando vino la elección de 2016 y el PRI postuló a Blanca Alcalá para la gubernatura, le fue como le fue al PRI porque no podía mostrarse como un partido de oposición cuando en toda la legislatura Moreno Valle siempre tuvo el apoyo del PRI. Me pareció importante valorar cómo desapareció la oposición partidaria e institucional con raras excepciones, como Socorro Quezada, realmente el Congreso estuvo a disposición del Ejecutivo.

Abordan el concepto de autoritarismo subnacional al referirse al poder de los gobiernos estatales. Si habláramos de autoritarismo subnacional ¿cómo sería la comparativa entre las gestiones de Marín y Moreno Valle?

-No en balde hay 16 exgobernadores en procesos penales o en la cárcel. Algo ha pasado en estados donde la mirada es cada día más acuciosa. Hay dos tipos de autoritarismo: uno es primitivo, lo vamos a poner en estos términos, que raya en lo que implica no tener contrapesos y no tener una suerte de represión a todo aquello que se mueva, el gobierno de Marín significó eso: las instituciones están todas al servicio de los interese del gobernador. Hay otro tipo de autoritarismo: el despotismo ilustrado, claramente podemos apreciar que Moreno Valle tiene mucho conocimiento de numerosos elementos para gobernar con instituciones y fuera de ellas, tiene mucho conocimiento sobre finanzas, sobre cómo hacer que las políticas públicas llegaran a ser importantes imágenes para el gobernador. Creo que ahí está la diferencia con Mario Marín, quien gobernó muy aldeanamente. Moreno Valle quería ser candidato presidencial y gobernó para tener un lugar en las ligas nacionales. Me parece que su manera de gobernar en ese sentido se distancia con la de Marín, porque tiene un gobierno más ilustrado; lo que los une es no creer en la democracia como posibilidad para gobernar.

¿Moreno Valle gobernó como el PRI?

-Sí, lo que estamos viendo en esta campaña a nivel nacional y a nivel estatal nos indica que los mexicanos no hemos podido deshacernos de algo que podríamos llamar la cultura política priista, que tiene tres elementos, y uno de ellos es gobernar autoritariamente. El PRI nació en el poder, cuando se creía que se debía gobernar autoritariamente porque era la manera de mantener unido al país. El PRI nunca ha sido un partido democrático. Me parece impresionante ver en términos de historia política reciente que PAN y PRD nacieron con una perspectiva democrática. El PRI no. Una vez que ambos lograron sacar al PRI, tanto gobiernos del PAN como del PRD significaron exactamente lo mismo que el PRI: los partidos de oposición se priizaron y es lo que vemos ahora quizá en el fenómeno de Morena.

La violación de los derechos humanos ha sido muy señalada en la gestión de Moreno Valle…

-Yo pensaría que el sexenio de Marín fue de represión focalizada y el de Moreno Valle uno de represión expandida, porque hubo muchos frentes y fueron más los ciudadanos en el sexenio de Moreno Valle que se movilizaron contra sus políticas; hubo más represión y mucha más gente que se organizó, se movilizó, que protestó, que resistió. En el sexenio de Marín la gente se movilizó por el caso Lydia Cacho, pero ahora hubo muchos casos en buena medida por la cantidad de obra pública que significó tocar territorios, expropiar propiedades, girar órdenes de aprehensión arbitrariamente. El sexenio de Moreno Valle ofrece una más amplia gama de violación de los derechos humanos que el sexenio de Marín.

¿Cuál es el panorama con Martha Erika Alonso, Luis Miguel Barbosa y Enrique Doger?

-Es muy difícil para los electores, a nivel estatal y nacional, porque los perfiles no son muy diferentes. Tengo mis dudas, los veo tan cercanos entre sí, tan unidos en los negocios, en los intereses (…) La verdad está muy difícil visualizar quién representa verdaderamente la posibilidad de un cambio, sobre todo porque ya lo vimos en el 2010, Moreno Valle en su campaña representaba eso: el cambio político, la alternancia, la posibilidad de mejora democrática y terminó siendo igual y, en algunos rubros, peor. Un criterio básico es darle circularidad al poder, que un partido y un grupo no se quede más de tres años, más de seis años; creo que es un criterio esencial en las democracias occidentales que no se queden mucho tiempo porque empieza a oler muy feo

Abordan diversos ángulos de la gestión morenovallista, ¿cuál fue el mayor problema en el gobierno de Moreno Valle?

-La deuda, no sabemos cuál es la deuda real del estado, recientemente se formalizó que no eran los 8 mil que terminó diciendo Moreno Valle al final de su sexenio, sino 24 mil millones. El segundo problema son los presos políticos, eso es muy serio porque en Puebla, persiguió de manera muy arbitraria a gente que simplemente estaba luchando por sus derechos y creo que se hizo muy mal uso de las instituciones para perseguir a los que protestaron. En tercer lugar, uno de los elementos más cuestionables es toda la inversión que se hizo en la zona metropolitana, agudizando con esto la desigualdad en Puebla.

Ahora Moreno Valle va al senado, ¿deberíamos preocuparnos?

-Nos tenemos qué preocupar en el sentido de cómo los políticos ven en el Senado y en la Cámara de diputados un refugio no sólo para seguir en la carrera política sino con eventuales procesos de investigación. Si gana la oposición en Puebla quien debe preocuparse es la alianza PAN-PRD y Movimiento Ciudadano que llevan en la lista al Senado a Emilio Álvarez Icaza, uno de los críticos a la gestión morenovallista.