Humildad, pide arzobispo en Lavatorio de Pies

Entre centenares de feligreses, el arzobispo Víctor Sánchez Espinosa dio inicio a la eucaristía ayer Jueves Santo para realizar el Lavatorio de Pies y recordar la humildad y amor de Jesús a sus discípulos.

El reconocerse como pecador abre las puertas del entendimiento, por ello, la celebración inició con la oración del Padre Nuestro para pedir por el perdón de los pecados y dio pie a la liturgia del día.

De acuerdo con el libro del Éxodo el banquete pascual, según palabras de Jesús a Moises su discípulo, consistía en que las familias comieran ese día un cordero por familia, si eran pocos integrantes deberían compartir con el prójimo. En tanto, como señal del paso del señor, regaban la sangre del animal cerca de su hogar como muestra de que no merecían una plaga mortal y Jesús tenía misericordia de ellos.

Después de una alabanza para agradecer la sangre derramada del señor que lava los pecados de sus hijos, en voz del monseñor, recordaron la última cena según las escrituras, en la que menciona la aceptación de Cristo ante la entrega de Judas Iscariote, pues él sabía que era la decisión de Dios. Fue entonces cuando mojó un manto y lavó los pies de sus discípulos, aunque ellos no entendían las razones para que su maestro hiciera ese acto de humildad, incluso los invitó a que entre ellos lo hicieran como muestra de apoyo los unos a los otros.

El arzobispo dijo que la iglesia católica tenía una tradición por años, la cual consistía en tres momentos en el Jueves Santo: el primero era para que los pecadores expulsados de sus aldeas cumplieran su penitencia al confesarse, pues la Cuaresma era para consagrarse; en el segundo, una vez absueltos de sus pecados podrían participar en la última cena de Jesús; en tanto para el tercer momento, se bendecían los Santos Oleos consagrados y así recibir la iniciación cristiana como el bautismo y la eucaristía pascual.

Sánchez Espinoza procedió a lavar y besar los pies de 12 adultos mayores que pertenecen al Asilo Particular de Caridad de Santa Inés, para recordar el acto de lealtad, humildad y amor de Jesús para con sus discípulos momentos antes de su última cena.

Para dar término a la misa, los feligreses rogaron a Dios por el bienestar entre hombres y mujeres del mundo, seguido de un par de alabanzas.

Para continuar las actividades eclesiásticas de Semana Santa, recordó la procesión del Viernes Santo que se llevará a cabo en el Centro Histórico, teniendo como punto de partida la Catedral, recorrerán las calles principales y después volverán al punto de encuentro.

Alejandro Cortés