Reviven Vía Crucis miles de feligreses poblanos
Imágenes de las siete estaciones recorrieron las calles del Centro Histórico como parte de la procesión
Miles de feligreses se reunieron en la Catedral de la capital poblana para participar en la XXVII Procesión del Viernes Santo. Alrededor de las 11:30 horas los grupos de files comenzaron a llegar al punto de concentración con las imágenes que recorrerían las principales calles. Cargado sobre los hombros de 10 personas arribó Jesús de las Tres Caídas venerado en el templo de Analco, en su aposento rodeado de flores bajo un manto color rojo. Después con un manto color negro y una corona reluciente se aproximaba la Virgen de los Dolores procedente de la Capilla del Carmen. Minutos más tarde mujeres cubriendo su rostro con un velo negro, descansaba en sus hombros la Virgen de la Soledad. Los golpes de tambores se escuchaban al ritmo de una marcha en la que custodiaban al Señor de las Maravillas del templo de Santa Mónica y Jesús Nazareno que se venera en la capilla de San José, mientras se oían sonidos del sufrimiento de un encadenamiento. Vestidos de negros coordinados al ritmo de la marcha nupcial caminaban para concentrarse en el atrio de la Catedral.
Alejandro CORTÉS/Agencia Enfoque
Una vez reunidas todas las imágenes partieron en el mismo orden que llegaron para iniciar el recorrido, miles de personas ya estaban concentradas a las afueras de la Catedral esperando la salida de las imágenes para ser espectadores del Vía crucis. Bebés, niños, jóvenes, ancianos y familias completas presenciaron el desfile de las cinco imágenes religiosas que representan el Calvario de Jesús y el sufrimiento de la madre del hijo de Dios. A partir de la avenida Juan de Palafox el tumulto de feligreses ya era un número incontable quienes caminaban siguiendo a las imágenes que iban por la calle 4 Oriente. El sol apenas daba sus primeros destellos, por lo tanto, sólo apetecía tomar un poco de agua, lo necesario para poder seguir caminando hasta la 11 Norte y llegar al llamado Gallito. En la segunda reflexión, el arzobispo recordó el semblante desfigurado, sufriente y exaltado de Jesús, pues su aspecto ya no era de hombre, esto causo horror entre los presentes, mientras el hijo de Dios caminaba hacia el Calvario cargando la cruz acuestas en la que sería crucificado. Poco después de las 14 horas, los devotos ya caminaban cansados, el sol provocaba molestia para aquellos que sudaban por el aumento de temperatura. Las familias enteras buscaban sombra al otro lado de la avenida Reforma, los bebés envueltos en sábanas ligeras lloraban, pero miles de feligreses ya esperaban nuevamente el regreso de las imágenes. El recorrido culminaría 45 minutos después de las 14 horas, los contingentes de franciscanos, los angelitos, estandartes de los grupos eclesiásticos y niños tamborileros, quienes sostenían con poca fuerza las baquetas para golpear el tambor, avanzaron dando el último esfuerzo sobre la calle 16 de Septiembre y posteriormente entrar a la Catedral. Como mensaje de despedida, monseñor Víctor Sánchez Espinoza agradeció a los organizadores del evento, a los miembros de seguridad y primeros auxilios, así como a todos los representantes de los templos que participaron y a los grupos de niños, jóvenes y adultos que caracterizaron algún personaje de la Vida, Muerte y Pasión de Jesucristo.
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