Los vecinos de la colonia San Miguel La Rosa ya están acostumbrados a vivir en medio de la contaminación y los malos olores, así lo dieron a conocer los colonos tras asegurar que no sólo ellos contaminan, también son personas ajenas al lugar. En un recorrido realizado por este medio, se pudo observar que en los tramos en donde pasa el río Atoyac hay una cantidad considerable de basura, los vecinos explicaron que en muchas ocasiones los culpan de ser "los principales contaminadores"; sin embargo, son más factores los que influyen. "Nosotros no tiramos basura, nosotros lo que hacemos es ponerlas en las esquinas para que el camión recolector pase por ella, lo que pasa es que muchas veces los perros callejeros las rompen y con el aire se va al río", compartió el colono Manuel Nolasco. Los habitantes del lugar señalan que los encargados de recoger la basura en ocasiones prefieren tirarla al río que cargarla para poder llevársela; Maribel Sosa, una de las afectadas aseguró ver como un trabajador del sistema recolector de basura pateó bolsas para que cayeran al río. "No hay botes grandes para dejar nuestra basura, así que cuando pasa el camión la sacamos con una o dos horas de anticipación, y estos hombres no sé si por cochinos o por juego avientan nuestras bolsas, creo que no saben que eso contamina y están matando el afluente", comentó Maribel Sosa. Con pena, los ciudadanos dijeron que ya no perciben el mal olor, saben que huele mal porque cuando están de vacaciones o fuera de su casa por varios días notan la diferencia; incluso sus amistades ya no los vistan con tanta frecuencia por esta situación. Otro de los problemas que han detectado es que llegan automovilistas con varias bolsas de basura y las arrojan al Atoyac, cuando algún vecino quiere reclamar prenden el coche y ya no logran alcanzarlos, por lo cual sugieren que hayan más rondines para que las personas que arrojan algún tipo de desecho sean reprendidas. Quienes llegan del trabajo después de las 19 horas han detectado vándalos que se instalan a un costado del río y se emborrachan junto al caudal. El habitante Miguel Nava compartió que los grupos de jóvenes que se drogan o beben dejan su basura, incluso lo han convertido en un baño público. Las madres de familia indicaron que las y los niños "son espantados" cuando salen de la escuela, les chiflan o les gritan desde la parte inferior de los puentes. |