“La muerte no es mala, tarde o temprano nos va a llegar”

Los creyentes de la "Niña Blanca" se dieron cita desde muy temprano en el altar ubicado en la 9 Norte

“La muerte no es mala, tarde o temprano nos va a llegar”
Alejandro CORTÉS | Hubo juegos, show de payasos, baile, música y comida gratis “La muerte no es mala, tarde o temprano nos va a llegar”

¡La Santa, la Santa, ra, ra,ra! eran las porras que se escuchaban a todo pulmón de los devotos quienes se dieron cita en la 9 Norte de la capital poblana para celebrar el décimo primer aniversario del altar a la Niña Blanca, una devoción hacia su majestad que les concede sus peticiones.

En punto de las 6 horas entonaron las típicas mañanitas en honor a la venerada Dama Fría, pues fue así como el santuario se fue dando a conocer al estar a la vista de todos; fueron pocos los que madrugaron para ser los primeros en darle amor a su santa, pero conforme fue saliendo la luz del sol siguieron llegando los devotos y en unas horas ya se contabilizaban a un ciento de almas que en algún momento se los llevará su niña blanca.

Fue así como dio inicio el primer rosario del día por el hermano Víctor Miguel Sánchez, quien elevó oraciones para invocar el espíritu de la Santísima Muerte y ofrecerle sus alabanzas a favor del bienestar y paz en todo el mundo; al mismo tiempo, agradeció la colaboración de todos aquellos que prestaron sus servicios de sillas, mesas, aparatos de audio, enlonado, comida y los arreglos para el altar.

Fotos: Alejandro Cortés

Elevaron oraciones

"Dios todo poderoso, padre hijo y espíritu santo, te pedimos permiso con tu sagrada autorización para poder invocar el espíritu de nuestra santísima muerte, te rogamos, te suplicamos que destruyas todo hechizo y toda oscuridad que se presente en nuestra persona, hogar, trabajo y camino", alabó el custodio del altar.

A las 9 horas y una vez terminado el rosario, ya olía a tamaliza acompañada de su respectivo atole, mientras las señoras preparaban la masa para las gorditas y sin duda los deseados tacos al pastor fueron los antojitos que abrieron el apetito a los devotos, pues los alimentos fueron gratuitos.

Como cada año, el espectáculo de la lucha libre independiente es lo que más espectadores atrae, sean creyentes o no, ellos sólo querían ver golpes entre los luchadores y escuchar las tablas tronar tras las caídas desde lo alto del ring; chicos y grandes gritaban por la falsedad de los golpes.

Mientras tanto, la llegada de más feligreses no paraba, sobre todo niños con ramos de rosas para la niña blanca acompañando a sus padres quienes ofrecían veladoras que pasaban por todo su cuerpo en señal de protección; algunos ya llevaban su imagen de la muerte, otros adquirían alguna para llevarla hasta su hogar para venerarla, "pues la muerte no es mala, al contrario es algo que tarde o temprano nos va a llegar", dice Gustavo Carmona.

Juegos, shows de payasos, baile, música y comida gratis fue parte de la celebración a la Santa Muerte y a las 18 horas se llevó a cabo el rosario estelar, para posteriormente seguirle a la fiesta con el show de los wuapaguangos. Aún no terminaba todo el evento pero los platos y demás basura ya llegaba hasta la 8 Poniente.