El Colorín, zona roja y solitaria de Puebla

Los vecinos del área refieren que ya saben por donde caminar para evitar ser asaltados; señalan que el servicio de agua es escaso

En la colonia El Colorín, ubicada entre el Barrio de Analco y Azcarate de esta ciudad capital, los muros de las que fueran antiguas casonas amenazan con dejarse vencer por el peso de las ramas y arbustos que comenzaron a crecer dentro de ellas cuando comenzaron a ser deshabitadas.

Los vecinos de la colonia aseguran que estas casas llevan, por lo menos, 10 años vacias, pero no les parece que sea algo de preocuparse puesto que aún con los pasados sismos del 19 de septiembre y del 15 de febrero, Protección Civil Municipal no ha puesto ninguna restricción al paso de dichos inmuebles.

A pesar de estar a sólo unas cuadras de la Dirección General de la Policía Estatal Preventiva los vecinos lamentan que no se atiendan con prontitud sus denuncias: “A mis hijos los han asaltado cuando vienen camino a casa, pero las patrullas tardan mucho en llegar aun cuando se les llama de inmediato” así lo dijo el señor Pedro, quien decidió omitir su apellido.

 

 

Por otra parte, el encargado de la panadería en El Colorín comentó que hace algunos años “se juntaban chamacos”, un grupo de vándalos que se dedicaban a asaltar a los transeúntes, sin embargo, asegura que no los ha vuelto a ver desde hace ya varios años.

Además, comentó que ha pasado 43 años de su vida en la zona y no en balde, ya que asegura que nunca ha tenido ningún problema con los servicios básicos de agua o luz.

Sin embargo, el residente Pedro expuso que desde hace medio año el servicio del agua ha sido cada vez más escaso en su domicilio. “Antes recibíamos agua tres veces a la semana, luego dos y ahora sólo cae una vez por semana”.

Lamentó que desde entonces se vio en la necesidad de comprar 5 tinacos para llenarlos cada vez que se abastecen, además, dijo haber visto a sus vecinos comprar servicios de pipas cuando Agua de Puebla no les suministra lo debido.

Explicó que después del sismo y se modificaron las rutas de transporte público por lo que acceder a la colonia se ha vuelto más complicado y hay que caminar hasta el Boulevard 5 de Mayo para tomar un camión, o bien, recorrer todo el camino a pie hasta el centro de la ciudad.

Sobre la situación de inseguridad, el encargado de una miscelánea dentro de El Colorín por lo que le parece que es algo extendido por toda la ciudad y no debería atribuirse sólo por la colonia en donde vive.

Aun así, admitió que muchas personas han sufrido asaltos cuando transitan por esas calles, aunque normalmente se trata de gente que no conoce el lugar. “Los de aquí ya sabemos por dónde tenemos que caminar y cómo, a veces debemos cruzamos la calle o nos vamos en zigzag”.

En suma, los asaltos suelen suceder únicamente en ciertas zonas de la colonia, aseguró el encargado, quien prefirió no decir su nombre. “En esta calle no entran los asaltantes porque saben que es una zona roja, una parte ruda de la colonia”, explicó.

Con respecto a la iluminación nocturna, todos los vecinos entrevistados dijeron que no hacía ninguna falta, pero lo complicado al momento de caminar por sus calles es que las banquetas están desniveladas y muchos se tropiezan al pasar. 

También afirmaron que aún cuando están bien abastecidos con postes de luz funcionales, esto no es ninguna seguridad contra los asaltos o accidentes. 

Es así que, aún cuando El Colorín es una colonia antigua y pequeña en la ciudad, además de tener la posición privilegiada de estar cercana al Centro Histórico, la Dirección General de la Policía Estatal Preventiva, el Parque Ecológico, el Parque de Analco y centros universitarios, carece de atención por parte de las autoridades. 

 

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