Todos los días se levantan con la esperanza de llevarle educación a los niños de bajos recursos, que aprendan a leer y a escribir es su mayor satisfacción. Sofía López, Marina Ventura y Jennifer Osorio son maestras rurales del Consejo Nacional de Fomento Educativo (Conafe), cada día trabajan para que los niños de la comunidad de San José Zetina puedan mejorar su calidad de vida. La localidad está situada en el municipio de Puebla, a pesar de ser parte de la capital no cuenta con suficientes escuelas y la situación de los habitantes es precaria. Aproximadamente hay 555 habitantes, de los cuales, 270 son hombres y 285 mujeres. Las maestras que llegan a trabajar se vuelven parte de la comunidad, viven a un costado de donde imparten clases y los vecinos se encargan de brindarles alimento, mientras que ellas a cambio dan clases y son asesoras de tiempo completo para las madres.
Sofía López Sandoval tiene 21 años, ingresó al sistema Conafe porque siempre soñó con ser maestra, pero al vivir en una comunidad en donde había deficiencia en la educación, tenía pocas alternativas para ejercer esta carrera. Un día, los promotores de este sistema acudieron a su colonia, le interesaron las actividades que realizaban con niños desde antes de preescolar y al tomar capacitación "se enamoró de la labor de ser maestra". "Soñaba con atender a los pequeños, de hecho gracias a Conafe ahora tengo la oportunidad de cursar la carrera de educación inicial", compartió. Sofía es de Azumiatla y para llegar a San José Zetina camina una hora, pero al mismo tiempo tiene que coordinar sus clases de la universidad y su trabajo como maestra. Recuerda que su primer día como profesora fue difícil ya que la interacción con cada uno de los niños es diferente y no sólo existe un involucramiento con los estudiantes, sino con los padres de familia. "Poco a poco fuimos agarrando confianza, a platicar, les traje materiales para que trabajáramos y se hizo una convivencia bonita", expresó. Ella hace varias actividades enfocadas para las madres de familia y lo que más le gusta de ser maestra rural es ver la satisfacción de las madres al aprender algo nuevo, además comparten prácticas de crianza y cada una hace lo posible para ser una mejor mamá. "Trabajo mucho con las mamás de la comunidad para que ya no les peguen a los niños, que no les griten y que no los manden sucios a la escuela. Mi trabajo consiste en que las mamás también vean que se puede educar de una manera paciente y con amor, pues ellos también tienen voz y voto", comentó. El destino las llevó a las aulasMarina Ventura Lorenzo es maestra de preescolar y Jennifer Osorio Hernández es maestra de secundaria, ambas están de tiempo completo en la comunidad, la primera estudió la carrera técnica en Atención Infantil porque no tenía dinero para estudiar una licenciatura; sin embargo, Conafe le dio la oportunidad de ejercer su vocación y Jennifer es ingeniera pero "el destino" la puso en los salones de clases. Marina es de la comunidad San Mateo Ozolco, para ser maestra de Conafe tuvo que tomar capacitaciones y cursos que asegura "fueron muy divertidos". Relató que sus familiares siempre supieron que iba a ser profesora, pues jugaba a ser la maestra, calificaba exámenes y hasta regañaba a sus peluches que simulaban ser sus alumnos. "Siempre dije, quiero estar con los niños, dando mis clases y así fue. Me encariño mucho con mis pequeños y cuando te cambian de comunidad es difícil, te rompe el corazón pero siempre cuando te mueven es porque hay niños que necesitan de ti, y eso te motiva a echarle ganas y a dar buenas clases", acotó. Así como los alumnos le han dado muchas alegrías, le han sacado sonrisas, y le han dado recuerdos llenos de nostalgia, también han existido malas rachas en su profesión.
Las dos maestras rurales coincidieron en que a veces en la comunidad existen discrepancias y al estar lejos de su familia y amigos han tenido que acatarse a las nuevas normas que las localidades les imponen. Jennifer tiene 25 años, es ingeniero, pero siempre quiso ser maestra, estudió otra carrera por consejos familiares y porque en ese momento pensó que era la mejor opción, pero al ejercer se dio cuenta que su corazón estaba en la docencia. "En estos momentos tengo cuatro niños en mi clase, ellos siempre me han apoyado, me ponen atención, me comprenden, no he tenido malas experiencias con ellos, pero no voy a negar que es difícil ser maestra en una comunidad, a veces ser gente de fuera tiene sus desventajas, nos asustan o no nos tienen confianza", agregó. Jenny, como le gusta que le digan, cada vez que escucha la palabra "maestra" se siente feliz, cuenta que en su cumpleaños los alumnos le regalaron flores y le dieron cartas. A todos los quiere, pero en especial tiene un alumno que le cuesta trabajo leer y escribir, su propósito es que antes de que acabe el ciclo escolar el niño tiene que saber todo lo necesario para hacer un escrito por sí solo, él es su impulso para levantarse día con día y ser una mejor maestra.
¿Qué es Conafe?Es un organismo descentralizado que tiene como tarea brindar servicios de educación inicial, básica a niños y adolescentes que habitan en localidades marginadas o con rezago social. Este sistema brinda educación a más de 18 mil niños en todo el estado de Puebla; y en la capital apoya principalmente a las comunidades del sur que no tienen la posibilidad de ir a escuelas afiliadas a la Secretaría de Educación Pública (SEP), como Azumiatla, San José Zetina, Santa Cruz la lxtla y El Rosario la Huerta. |


