Viernes 01 Junio 2018

Una vez al año el Barrio del Artista y el pasaje del Parián se convierten en galerías de panzones, mulas y muñecas de cartón que hacen referencia a mujeres de "clase alta"; a pesar de que la tradición de adquirir la artesanía se está perdiendo, todavía hay poblanos que exclusivamente visitan el Centro Histórico en Corpus Christi para festejar el día de las mulitas. 

Desde la calle 6 Norte hasta la 8 Oriente se pueden observar los negocios de chalupas, tacos de tripas, cemitas, o tostadas. También hay vendedores de téjate, que es una bebida preparada a base de maíz y cacao, chocolate frío y aguas frescas. De cada 10 negocios de comida, dos son de vendedoras de mulitas.

Ver: Celebran feligreses poblanos Corpus Christi

Las mulitas son figuras hechas de cartón que representan a una mula que está cargando vegetales y petates, además de este personaje se vende el tradicional panzón, que es alusivo a un mariachi de época, que canta y bebe mucha cerveza. Y la muñeca elegante, que da referencia a una mujer robusta, que gusta vestir con colores extravagantes.

Cuentan las vendedoras, que la tradición se remonta a los años 1500 en el día de Corpus Christi, cuando la Iglesia católica conmemoraba el primer domingo de Resurrección y la eucaristía que se realizó el primer Jueves Santo; relataron que en esos días, la autoridad católica salió en la mañana para el recorrido tradicional, y los animales se inclinaron al paso del sacerdote, pero los fieles no hicieron lo mismo.

Los religiosos molestos les dijeron a los presentes que parecían mulas y desde ese día los vecinos decidieron nombrarlo día de las mulitas.

Julia Merino cuenta que con esta festividad se da inicio a las fiestas de los barrios poblanos, ella lleva vendiendo 50 años consecutivos en el Barrio del Artista este tipo de muñecas. Sus abuelos le contaron que antes sólo se dedicaban a hacer mulas, pero una señora de ese tiempo pidió que le hicieran un muñeco que se pareciera a su esposo.

El marido enojado al ver que estaba panzón también pidió una muñeca exagerada, que tuviera mucho brillo y que se maquillara de más, para vengarse de su pareja. Ambas figuras gustaron tanto que se agregaron a la vendimia.

A diferencia de años pasados, considera que son menos los comerciantes que llegan a la feria para poder exhibir sus productos, incluso las muñecas ya no se hacen en Puebla, tienen que pedirlas desde la ciudad de Celaya con tres meses de anticipación para poder comercializarlas.

Aunque no es poblana, Guadalupe Uribe de 23 años disfruta mucho el día de las mulas, su familia se dedica a la creación de las muñecas tradicionales, desde hace 3 generaciones, y viajan desde el municipio de Celaya para poder presentarlas.

Explicó que la elaboración es tardía, para sacar la producción de 100 muñecas sus familiares trabajan aproximadamente un mes, esto sin contar el tiempo que ocupan para pintar la figura y agregarle los detalles.

Lupita, como le gusta ser llamada, lamenta que la venta de panzones, mulas y muñecas haya disminuido, pues su familia cada vez tiene menos clientes en la capital poblana y para contrarrestar las bajas ventas las ofertan. Los precios varían dependiendo el tamaño, la figura y el diseño, pero pueden oscilar entre los 150 hasta los 300 pesos.