Entre exceso de horas de trabajo, malos sueldos, acoso laboral y falta de equipo médico, tuvieron que laborar los trabajadores del Hospital del Niño Poblano (HNP), en el que las condiciones actuales del nosocomio los obligó a tener que improvisar para poder seguir dándoles el servicio a los menores.

En entrevista con El Popular, diario imparcial de Puebla, diversos trabajadores del HNP, que solicitaron el anonimato para evitar represalias, confirmaron que, pese a la reciente remodelación del lugar, cuentan con filtraciones de agua que inundan el nosocomio, así como sólo un elevador funciona.

El pasado 18 de junio, el Sindicato Único de Trabajadores del Hospital del Niño Poblano (SUTHNP) anunció que se irán a paro de labores, de ser que no cambien las condiciones de trabajo al interior del nosocomio, al acusar malos tratos de la Ssa, falta de personal y pagos muy por debajo a otros centros de salud.

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Una de las afectadas que trabaja como enfermera especialista en el área de Urgencias explicó que su espacio de trabajo padece de inundaciones en temporada de lluvias, lo que obliga a que tengan que improvisar zonas seguras, para que los menores no empeoren su estado de salud.

Advirtió que en el área de tomografía el equipo no sirve, lo que los fuerza a trasladar a los niños al Hospital General de Cholula entubados, para que se realicen sus estudios y regresen a que sigan con su tratamiento, lo que genera mayores retrasos en las altas, así como vulnera la seguridad del menor.

La trabajadora reconoció que tampoco cuentan con camillas suficientes para laborar, mientras que las existentes no están hechas para atender a los infantes, al no ser la medida correcta, a la par que carecen de personal de limpieza suficiente, lo que genera que la suciedad de los espacios se prolongue.

Otra de las empleadas admitió que, a falta tanto de personal como de camas disponibles, hace que el área de Urgencias tenga en resguardo a los pacientes por un mes, hasta que los pisos con especialidades tengan un lugar donde atenderlos, lo que posterga el tiempo de internamiento y puedan darlos de alta.

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Aceptó que, ante las quejas, no pueden hacerlas públicas o manifestarse contra la Ssa, debido a que cuentan con la advertencia constante que, de inconformarse, perderían su empleo, pese a que lleven más de dos décadas dedicándose al tratamiento de menores enfermos.

Una de las enfermeras afectadas denunció que cuentan con problemas en el abastecimiento de medicamentos, hasta del cuadro básico, obligándolas a llevar su propio equipo de trabajo o, de lo contrario, no podrían darle la cobertura médica a los menores que esperan ser atendidos.

Otra de las enfermeras que laboran en el nosocomio infantil acusó que la Ssa los dejó en el abandono, pues sólo cuentan con un ascensor funcional, al estar averiado el otro, generándoles problemas para que el equipo de médicos pueda trasladar la camilla de uno de los menores hacía otros departamentos.

Aseguró que los problemas de sobrepoblación de pacientes y falta de personal que pueda ayudar a los menores, derivó que una de las áreas que más les preocupa es la de oncología, pues los niños con cáncer no pueden acceder, al no contar con camas suficientes para atenderlos, manteniéndolos en Urgencias.

Los problemas en la administración del HNP provocaron que el pasado 22 de mayo se diera a conocer que se suicidó Zyanya Estefanía Figueroa Becerril, pediatra internista del lugar, aclarándose en su carta de despedida que estaba cansada del constante acoso de sus superiores.

Ante las acusaciones de suicidio de Figueroa Becerril, el pasado 25 de mayo dio una rueda de prensa la directora del nosocomio infantil, Enedina González González, en la que descartaba que existiera acoso en su contra, pero iniciaron investigaciones al interior del nosocomio, para descartar toda posibilidad.