Teopantlán, municipio de encuentro migrante

Ciudadanos americanos de entre 8 y 15 años de edad, han viajado desde Nueva York hasta la Mixteca poblana para reencontrarse con sus raíces

Teopantlán, municipio de encuentro migrante
Karen ROJAS | Por falta de papeles, mandan a México a hijos sin compañía Teopantlán, municipio de encuentro migrante

En una de las partes más altas de Teopantlán, municipio rodeado de cerros y con gran vegetación, se escucha el constate choque de machetes al ritmo de una flauta y un tambor. Son niños migrantes de Estados Unidos que ofrecen un espectáculo como parte de la fiesta patronal de Santiago Apóstol a familiares, amigos, así como a vecinos de la región.

Son ciudadanos americanos de entre 8 y 15 años de edad, han viajado desde Nueva York hasta la Mixteca poblana para reencontrarse con sus raíces, a través de la danza tradicional.

Ropa de color verde o roja, una capa que tiene la imagen de la Virgen de Guadalupe decorada con lentejuela, un pañuelo en la cabeza, una corona metálica muy colorida y un machete, son parte de su atuendo al presentarse en la casa de los organizadores de la conmemoración religiosa del pueblo.

Se trasladaron sin el acompañamiento de sus padres, pues son indocumentados y no tendrían la posibilidad de regresar nuevamente a la Unión Americana, a pesar de ello, muestran sonrisas al contacto con la población.

Tal es el caso de Joselyn Atiopan Rosas, de 13 años de edad, quien nació en Nueva York, pero desde el pasado 17 de julio de 2018, por primera vez, está en tierras mexicanas para conocer a sus consanguíneos.

En entrevista, la menor afirma estar muy emocionada de recorrer el pueblo donde vivieron sus padres, de sentirse en un "gran jardín, de entrar al río, de probar los tacos al pastor y observar cómo su abuela prepara los alimentos en el patio y con leña.

En Nueva York la vida es muy distinta y, si bien, también cocinan tacos al pastor, el sabor no es el mismo, los de Teopantlán tiene un mejor gusto, expresa en español la menor, aunque en momentos se le dificulta encontrar las palabras adecuadas y usa algunas en inglés.

Después de los días que ha pasado en Teopantlán, asegura que en cinco o seis años, al ser mayor de edad, buscará regresar a México y vivir en el país, pues le ha encantado el sentimiento de libertad que se respira.

Por separado, su abuela de 74 años, Isabel Muñoz Carbente, ataviada con un mandil morado y su cabello negro tejido en largas trenzas, comentó que nunca imagino la visita de sus nietos, pero "gracias a Dios" se concretó.

Añadió que su hijo dejó el pueblo hace unos 16 años, debido a la falta de trabajo, pues en la región la mayoría de las personas se dedican al campo o a la palma. En su caso, utiliza dos días para hacer un petate que después venderá en 50 o 150 pesos, aunque esto último, sólo ocurre en la temporada de Día de Muertos.

La adulta mayor indicó que tuvo la fortuna de viajar a Estados Unidos hace algunos meses, para reencontrase con sus hijos; sin embargo, al principio estaba nerviosa y asustada, pues temía encontrarse con un cambio en ellos.

 "Como ya me arreglaron mis papeles, ya fui, pero ya no conocía a mis hijos, se fueron desde hace 16 años, como que tenía pena, ellos estaban contentos y yo como que no los conocía; a lo mejor son ellos o no, como que ya se cambiaron", expuso.

Agrupaciones y mexicanos se unen para que los niños viajen

El grupo de 17 menores que llegó a Teopantlán, lo hizo gracias a la colaboración de la Asamblea Popular de Culturas Migrantes, la cual se conforma de grupos de familias migrantes en México; la Red de Pueblos Trasnacionales, quienes son migrantes organizados en Estados Unidos; Danza Raíces, un grupo de papás que rescatan las danzas tradicionales; y el Instituto de Investigación Practica Social y Cultura A C (Iipsoculta).

Diego Reyes Romero, integrante de Iipsoculta detalló que desde hace casi un año se organiza el viaje y participación de los niños en la fiesta patronal con el objetivo de generar puentes a través de la cultura.

Puntualizó que no es la primera vez que se organizan actividades culturales entre migrantes, cada año se festeja a Santiago Apóstol y se hacen bailes tradicionales como en Teopantlán, incluso en alguna ocasión se trasladó una escultura del patrono de Puebla hasta Nueva York.

Desde 2014 se lleva a cabo un festival de culturas indígenas en Nueva York, donde se retoman las tradiciones, como parte del mismo, se logró que familiares de los migrantes indocumentados pudieran viajar al vecino país del norte, pero ahora, se optó por enviar a los niños para conocer México, agregó Reyes Romero.

Injusto separa a las familias

Los niños que fueron parte de esta actividad coincidieron que es injusto separa a los infantes de sus padres aunque sean migrantes, ante ello las autoridades deberían de buscar otras alternativas para las familias.

Desde la entrada del actual presidente de Estados Unidos, Donald Trump, se anunciaron leyes migratorias más duras, incluso hasta llegar a la Cero Tolerancia. En consecuencia, unas de las acciones más relevantes a lo largo de este año es que indocumentados fueron separados de sus hijos.

El Departamento de Seguridad Interna de la Unión Americana dio a conocer que por lo menos 2 mil niños fueron separados de sus tutores luego de haber pasado de forma ilegal la frontera con México; ésta medida ya se ha frenado ante las críticas hechas a la administración de esta nación.

En este sentido, Joselin Nape Clemente, originaria también de Nueva York y de 15 años de edad, calificó como injusto que el gobierno de Estados Unidos separe a las familias, por lo cual pidió se busquen otras soluciones, pues sin importar dónde los adultos deciden estar, siempre deben estar acompañados de sus hijos.

A su vez, Lesly Actiopan Delgado, de 15 años de edad, también nacida en Nueva York, lamentó las restricciones en contra de las personas quienes llegan a Estados Unidos. "No es justo porque pues supuestamente la Estatua de la Libertad representa que todos pueden ser bienvenidos, pues parece que no es así porque están separando familias y no los dejan entra".

De igual forma, su abuela Elvira Julián Paloapa, de 53 años, opinó que deberían dejar tranquilas a las personas que arriban al país del norte, porque su único objetivo es trabajar de forma honrada para tener una mejor calidad de vida.

"Que cambien las leyes, al menos si ya no dejan entrar a los que ya están ahí que los dejen trabajar, porque lo que hacen es trabajar. Andan diciendo que los separan de los hijos, ay no, Dios mío, está mal porque los niños siempre los ha de tener uno como dicen: 'unidos como los pajaritos', pero éste (Trump) los separa", señaló Julián Paloapa.

El baile tradicional

El baile tradicional de los moros y las moras se realiza en Teopantlán desde hace unos 100 años, representa una lucha entre los indígenas y conquistadores, en particular los españoles, declaró Floriberto Carbente Bravo, uno de los músicos que interpreta las melodías para los danzantes.

Especificó que en la vestimenta de los cerca de 24 moros se invierten alrededor de 50 mil pesos; la misma consta de una capa, una corono, una especie de falda colorida y un machete.

Carbente Bravo explicó que los danzantes acuden a las casas de los mayordomos a bailar, pero también asisten al hogar del presidente municipal; en los dos sitios se le ofrece de comer en forma de agradecimiento.

Este 25 de julio, el grupo de moros y moras partieron de una de las partes más elevada de Teopantlán, para mostrar sus habilidades hasta llegar a las puertas de la iglesia de la comunidad.

Ataviados con prendas en tonos rojo, verde, amarillo, azul rey, entre otros, recorrieron en procesión las calles principales, mostrando ritmo y alegría. Fueron seguidos por los habitantes, algunos de ellos uniformados con camisas azules, en caso de los hombres, y las mujeres portaban una blusa de cuadros azules y blancos.

Los sahumerios encendidos, velas y adornos florales en tono blanco tampoco se hicieron esperar. Los menores arribaron con alegría hasta la puerta de un templo en construcción, pues más antiguo presenta daños actualmente.