Su caso moverá corazones, Magdalena, amiga de Mara Castilla
Llevaba conociendo un año a Mara, tomaban la mayoría de clases juntas y pertenecían a la mesa pertenecían a la mesa directiva
Fue una de las mejores noches de su vida a pesar de que horas antes se había registrado un temblor. En más de una ocasión pensaron en regresar a sus casas, pero las risas, la diversión y el anhelo de capturar recuerdos hizo que se quedaran en un bar de San Andrés Cholula, sin saber que esa sería la última vez que verían a Mara Castilla, su compañera que les cambió la vida, su amiga que trascendió en la universidad y quien ahora simboliza una voz de justicia. Magdalena estudia Ciencias Políticas en la Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla (UPAEP), llevaba conociendo un año a Mara, tomaban la mayoría de clases juntas, estudiaban después de las horas de escuela y pertenecían a la mesa directiva. Eran las únicas dos mujeres de su generación. La recuerda como una persona sencilla pero que al mismo tiempo tenía mucho carisma y personalidad. Desde que la conoció le inspiró confianza y la última vez que la vio estaba divirtiéndose, "nunca la había visto tan feliz", todo ese día, el 7 de septiembre, platicaron, bailaron y compartieron bromas. Aún le cuesta entender por qué ya no está. Incluso en algún momento llegó a sentir culpa por lo que había pasado, pero los familiares de Mara le dieron su apoyo y le hicieron entender que ella y sus amigos sólo habían salido a divertirse y que eso no tenía nada de malo. Entre pláticas, Mara le confesó que quería ser una representante popular, le indignaba la situación política del país y quería hacer un cambio. "Sigue siendo un recuerdo triste, hay un antes y un después de Mara, hay gente que trasciende cuando muere y creo que pasó eso con ella. Estoy segura que va a llegar a mover corazones y será la bandera de muchos movimientos ", dijo. Para Maggy el caso de Mara también fue un impulso para que la sociedad poblana dijera "basta ya" y fue la gota que derramó el vaso para que las autoridades hicieran algo con los feminicidios en el estado. Sin embargo, lamenta que aún no se emita la Alerta de Género, pues ella al ser originaria del municipio de Tehuacán, ha visto que la situación de inseguridad hacia las mujeres sigue con los mismos índices. Marco es otro de los compañeros de Mara, salió con ella la noche de 7 de septiembre, era la primera vez que salían juntos en grupo y no tenía ganas de ir "de fiesta" pero Mara los convenció, cuando tembló estaban en un bar y pensó en irse a su casa; ella le dijo que no tuviera miedo y que "nada malo iba a pasar". La recuerda como una niña tímida que siempre quiso obtener una cruz forjada, premio que se le otorga a los mejores promedios de la UPAEP, pero siempre le faltaron décimas para alcanzarla. Para él siempre fue una estudiante que se esforzaba por sacar buenas calificaciones, por destacar en las exposiciones y se distinguía por ayudar a los compañeros. Cuando hablaban de sus sueños, Mara le decía que quería dedicarse al servicio público, quería ser de esos políticos que ya no hay, de los buenos "que no tranzan y hacen un bien para el pueblo". Soñaba con cambiar su estado natal Veracruz pero al tiempo le indignaba la situación de inseguridad en Puebla. La última vez que la vio fue cuando Mara se subió a un taxi de Cabify, él iba manejado el auto en donde estaban todos sus compañeros, pero los detuvo un alcoholímetro; Mara decidió irse por su cuenta y aunque le pidieron que se quedara, ella dijo que mejor se adelantaba porque tenía examen a las 7 horas al otro día. "Jamás voy a olvidar a Mara viéndome y diciéndome adiós con la mano, nadie sabía lo que iba a pasar". Desde la desaparición y posterior anuncio del homicidio, los dos jóvenes se han unido más a sus familiares, han tenido más contacto espiritual y han tratado de obtener mejores calificaciones. "La tendremos presente siempre. Le prometimos no defraudarla, mejorar en nuestras calificaciones porque ese era uno de sus sueños, graduarse", compartieron. Los dos fueron parte del grupo que estuvo compartiendo información en redes sociales para encontrar a Mara. Se organizaron para lanzar hashtags en Twitter a determinada hora y publicaban en Facebook para que después sus posts se hicieran virales. Hasta el 15 de septiembre seguían con "fe" y cuando se anunció que habían encontrado el cuerpo de Mara "sintieron que una parte de ellos también moría", pero sus ganas de exigir justicia hicieron que se organizaran en conjunto con varios grupos para realizar una marcha, donde llegaron más de 2 mil personas, la universidad los apoyó y están seguros que Mara hubiera hecho lo mismo por ellos. La exigencia a las autoridades sigue siendo la misma, que se haga justicia, pues no quieren "que sea un caso más". Además de justicia piden voluntad política porque a su corta edad pudieron darse cuenta de la "ineficiencia de las autoridades" y no descansarán hasta que haya un culpable. |