Padres de Ayotzinapa recuerdan en Puebla a sus hijos desaparecidos

Clemente Rodríguez, vio por última vez a su hijo Cristian Alfonso, el 24 de septiembre del 2014, ese día fue a visitar a su familia en el municipio de Tixtla de Guerrero y les dijo que estaba muy feliz en la Escuela Normal Rural de Ayotzinapa, el estudiante, aceptó que extrañaba su casa porque ahí convivía con los animales, porque en su pueblo era parte de un grupo de danza folklórica, pero su sueño de convertirse en maestro era más grande.

Fue hasta el 28 de septiembre de ese año que Clemente a través de las noticias se enteró que policías municipales y estatales de Iguala habían perseguido y atacado a estudiantes, además de que en los hechos violentos habrían resultado heridas varias personas. Al informarse de que al menos 9 personas habían fallecido, que habían 27 heridos y 43 estudiantes desaparecidos, rezó porque su hijo no se encontrará ahí. 

"Cuando nos enteramos que mi hijo estaba extraviado, mis hijas que son más grandes que él me abrazaron y lloraron, me dijeron: busca a nuestro hermano que nos hace falta. Y formamos grupos de búsqueda, fuimos a los cerros de Iguala, a las cuevas, llegaba a casa derrotado. Hasta tuve que dejar mi trabajo para unirme a la caravana de padres, yo vendía garrafones con agua en una camionetita vieja pero era más importante encontrar a mi hijo", expresó

Cristian de niño quería ser agrónomo, dedicarse al campo le gustaba cuidar plantas, pero también tenía vocación de veterinario, no podía ver que pateaban a un perro porque corría en su defensa, "pero le ganó el ser maestro", esboza una sonrisa Clemente.

"Yo creo que porque vio la situación y que no hay educación en los pueblos más lejanos, se dio cuenta que al enseñar podía mejorar la situación", compartió.

 Luz María Telumbre, madre de Cristian, también se ha unido a la búsqueda, en ocasiones se separan para poder ir a más lugares, ya casi no van a su lugar de origen, "su pan de cada día es buscar a su hijo". Clemente no suelta una lona con la imagen de su hijo, en su pecho se puede ver una cadena con una cruz y sus botas ya están desgastadas, dice que es por todo lo que ha tenido que caminar.

"Me decía que terminando la normal se iba a ir a prepararse más a una ciudad grande, la escuela le abrió el panorama. Pero lo cumplirá, sigue vivo, mi esposa y yo lo sentimos en nuestros corazones. Cuando regrese se pondrá contento de que no lo dejamos de buscar, ya celebraremos otra vez Navidad, y su cumpleaños. Le haremos algo grande ", comentó.

Cristian el pasado 9 de agosto hubiera cumplido 23 años, estaría graduado y "ya sería maestro", puntualiza su papá.

El padre de familia compartió que el próximo 26 de septiembre se reunirán con Andrés Manuel López Obrador, le pedirán avances en la investigación y un culpable, pues a casi 4 años no hay responsables, además de que trabaje en conjunto con la representación en México de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) pues ellos condenaron enérgicamente las desapariciones, además de haber calificado lo sucedido como uno de los hechos más terribles de la actualidad.

"Iba a vernos, a visitarnos y él se sentía orgulloso de pertenecer a la normal rural porque no quería sufrir lo que nosotros sufrimos. Yo no me preparé mi esposa tampoco fue a la universidad pero íbamos a tener un hijo maestro, la única herencia que le podíamos dejar era la educación, quien diría que al enviarlo a la escuela nos lo iban a quitar", concluyó

Lo anterior lo dio a conocer previo a un evento político cultural rumbo a los cuatro años de las desapariciones. Hubo música, poesía así como charlas y todo lo recaudado fue para la caravana de los padres de los estudiantes.