Conoce la historia de siete migrantes centroamericanos

Desde que dejaron su país se han tenido que enfrentar a la falta de comida, al cambio de clima y a la indiferencia del pueblo mexicano

Conoce la historia de siete migrantes centroamericanos
Karen ROJAS | Milton es de Guatemala, dejó en su pueblo a sus padres y a dos hijas Conoce la historia de siete migrantes centroamericanos

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En la Caravana Migrante se escuchan muchos nombres y varias historias por la gran cantidad de viajantes, pero este fin de semana fue diferente; llegó un grupo pequeño de siete migrantes centroamericanos a la parroquia de San Felipe Hueyotlipan, se tuvieron que separar porque, a diferencia de otros años su ingreso a México ha sido más difícil.

Desde que dejaron su país se han tenido que enfrentar a la falta de comida, al cambio de clima, a la indiferencia del pueblo mexicano y al bloqueo de las autoridades mexicanas. Milton, Jorge, Julio César, Carlos, Luis, Leonardo y Javier, llegaron este 3 de noviembre a la Parroquia de San Felipe Hueyotlipan, en donde recibieron ropa, alimento y estancia para descansar mientras se reúnen con más migrantes para poder llegar a Estados Unidos.

Luis es de El Salvador, tiene 17 años y dejó su casa porque "no quería matar personas" y tampoco que mataran a su familia. Si se negaba a ser parte de los marasalvatrucha, era un hecho que sus "horas de vida ya estaban contadas".

Su familia no sabe en dónde está; un día los maros decidieron ir a amenazarlo y por la presión decidió unirse a los grupos de migrantes que viajaban a México. No se despidió de sus familiares ni de sus amigos, no quiere que su familia tenga represalias, ni remordimientos y prefiere que sus amigos lo olviden. Hasta que llegue a Estados Unidos "si es que lo logra" tratará de comunicarse con sus padres pero nunca quiere regresar al lugar en donde nació.

"Las pandillas iban a la casa y me decían que me fuera con ellos pero eso de ser delincuente a mí no se me da (...) estoy viajando solo, quiero llegar a Estados Unidos allá no tengo a nadie no tengo familia ni allá ni acá en México, empezaré de cero, a ver qué pasa", comentó.

Este grupo lleva casi 18 días fuera de su país y la mayoría dejó su tierra por la inseguridad y por la falta de trabajo. El crimen organizado también fue un factor importante."En este grupo ahora somos sólo 7, porque llegamos a un pueblito que se llama Juchitán y allá nos dijeron que las autoridades mexicanas se estaban poniendo rudas que era mejor separarnos y pues ahora avanzamos por este lado, en Oaxaca por ejemplo no todos los pueblos están recibiendo y por eso desviaron la Caravana Migrante", comentaron.

Milton es de Guatemala, dejó en su pueblo a sus padres y a dos hijas, pero en Estados Unidos tiene familia, así que tiene la esperanza de que cuando llegue al país vecino, sus posibilidades para encontrar trabajo sean más altas.

Al igual que sus compañeros, las bandas del crimen organizado lo buscaban y le decían que se uniera a ellos. Matar y violar son de las primeras pruebas y mejor decidió irse, antes de que supieran en donde vivía y amenazaran a su familia.

Con anterioridad ya había ido a Estados Unidos, le iba bien trabajando en jardines y obras, ganaba en un mes lo que en su país ganaba en un año, eso también hizo que decidiera unirse a la caravana. Mandaba dinero continuamente para su familia pero lo deportaron. Su única meta es pasar la frontera para que mejore la calidad de vida de sus familiares y la de él.

Julio César también es de El Salvador, su sueño es conseguir la ciudadanía estadounidense y llevarse a su familia para tener una vida digna y estable. En su hogar, los pandilleros lo molestaban todos los días, le pedían dinero y llegaron hasta amenazarlo por no querer unirse a ellos, optó por dejar su ciudad para que ya no molestaran a su familia.

Pese a los bloqueos que han existido para que no lleguen a la frontera, los migrantes están agradecidos con el pueblo mexicano, aseguraron que siempre hay una persona que los recibe con agua o una prenda, y aunque parezca poco para ellos representa una gran ayuda.

El padre encargado de la parroquia, Alberto Vivar, invitó a los poblanos que quieran ayudar a llevar mochilas, calcetines, ropa interior, zapatos, pantalones, camisas y ropa para el frío. La parroquia de San Felipe Hueyotlipan cuenta con un centro de acopio y toda ayuda será bien recibida.