Cárceles de Puebla, con su peor evaluación en 12 años

En la supervisión que realizó la  CNDH a las instituciones penitenciarias, la entidad fue la primera con más incidentes entre presos

Cárceles de Puebla, con su peor evaluación en 12 años
Especial | Puebla ocupa el primer lugar en incidentes en Ceresos. Cárceles de Puebla, con su peor evaluación en 12 años

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Las cárceles de 12 municipios de Puebla alcanzaron su peor evaluación de los últimos 12 años por parte de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH). Esto debido a una creciente sobrepoblación, hacinamiento, falta de higiene, casos de extorsión y autogobierno, además de ser el estado con el mayor número de incidentes en el sistema carcelario. El peor caso fue Tecamachalco, al ubicarse entre los 8 Ceresos con mayores observaciones a nivel nacional.

Al darse a conocer el Diagnóstico Nacional de Supervisión Penitenciaria 2018, por parte de la CNDH, se advierte de la situación en los 5 centros de reinserción social: Puebla capital, Tehuacán, Tepexi, Ciudad Serdán y Acatlán de Osorio; el centro de readaptación de San Pedro Cholula y los 6 centros penitenciarios regionales en Huauchinango, Tecamachalco, Tetela de Ocampo, Teziutlán, Zacapoaxtla y Zacatlán.

De 10 puntos alcanzables, los Ceresos en Puebla obtuvieron 6.05, siendo éste el más bajo desde 2006, cuando se consiguió el mayor puntaje con 7.82, pero a partir de éste ha venido en descenso la calificación; no así el reporte de incidentes, que sumó en 2018 un total de 390 casos, además de 358 desórdenes entre la población carcelaria, incluso rebasando al estado de Michoacán.

Tanto en incidentes como en desórdenes, Puebla ocupó el primer lugar nacional. En cuanto a quejas de presos por abusos a sus derechos humanos se contabilizaron 48, además de dos reportes de abusos, 24 riñas y 6 suicidios.

El Diagnóstico basa su evaluación en lineamientos establecidos por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y tiene como finalidad impulsar la mejora de las condiciones, así como defender los derechos humanos de los internos.

Desde 2006 hasta 2017, la entidad poblana había logrado ubicarse por arriba del promedio nacional en la evaluación de cárceles; sin embargo, este 2018 es el primero que se coloca por debajo; es decir, las condiciones de los Ceresos regionales han venido en detrimento, lo que ubica a la entidad en el lugar 21 de 32.

Para un mayor entendimiento de la situación de las cárceles, la CNDH estableció los colores del semáforo. De esta manera, rojo refiere condiciones críticas; amarillo en riesgo y verde estables. De las 12 cárceles revisadas, sólo 1 logró el color verde, la de Tepexi de Rodríguez.

Tepexi, la excepción en buenas prácticas

El centro de reinserción social de Tepexi obtuvo 8.14 puntos, debido a que los aspectos que garantizan la estancia digna del encarcelado, las condiciones de gobernabilidad y la atención a internos con requerimientos especiales resultaron con las mejores evaluaciones; no así la reinserción social y la integridad del interno.

Se observaron insuficientes canales para que los internos presenten quejas ante probables violaciones a los derechos humanos. De igual manera, las condiciones de higiene de las instalaciones no resultaron del todo adecuadas. Aun con esto, resultó una de las cárceles cuya capacidad carcelaria no ha sido rebasada.

Teziutlán y Tehuacán, a un paso del foco rojo

En alerta amarilla se ubicaron las cárceles de Teziutlán (6.34), Tehuacán (6.38), Puebla (7.05) y Ciudad Serdán (7.72). Sólo dos de ellas: Teziutlán y Tehuacán, lograron buenas calificaciones en los programas de reinserción social y atención especial a presos, además de que su población carcelaria tampoco ha sido rebasada.

En el caso de Teziutlán, la mayor problemática que se halló fue por la falta de supervisión por parte del titular, deficiencias en los servicios de salud, falta de higiene y reglamentos, presencia de actividades ilícitas y deficiencia en la atención a personas con discapacidad y adultos mayores. No obstante, sus buenas prácticas se concentraron en las actividades laborales y de capacitación, así como deportivas, la atención a personas con VIH/SIDA e indígenas.

En la cárcel de Tehuacán sí se detectó hacinamiento, falta de higiene, carencia de personal de seguridad y custodia, una deficiente separación entre procesados y sentenciados, así como en el caso de mujeres que viven con sus hijos. Empero, sí se encontraron programas para la prevención de incidentes violentos y violaciones a derechos humanos, así como la clasificación de las personas privadas de la libertad.

Sobrepoblación, hacinamiento y delitos

En la cárcel de Ciudad Serdán se observó una población mayor a su nivel de capacidad, con mil 151 presos que rebasan la cifra permitida; por esta razón, resultó con observaciones en sobrepoblación y hacinamiento, carencia en personal de seguridad y custodia, presencia de actividades ilícitas y casos de extorsión y sobornos. También se observaron deficiencias en la atención a personas internas en condiciones de aislamiento. Las condiciones de higiene fueron bien evaluadas, así como la capacitación del personal penitenciario, la atención a adultos mayores y personas indígenas.

El Cereso de San Miguel en Puebla también presenta una cifra mayor a la población permitida, con mil 142 presos de más; con ello, la sobrepoblación y hacinamiento están presentes, así como la falta de prevención de violaciones a derechos humanos, deficientes condiciones para la comunicación con el exterior, carencias en la alimentación y presencia de casos de autogobierno, así como cobros entre particulares. A diferencia de otros Ceresos, en Puebla capital destacó la atención a mujeres presas con sus hijos, a personas con VIH/SIDA y de la comunidad LGBTTTI.

Siete cárceles poblanas resultaron reprobadas por sus deplorables condiciones y carencias de programas de atención a la población carcelaria; éstas fueron: San Pedro Cholula, que obtuvo 5.98 puntos, Zacapoaxtla con 5.63, Huauchinango con 5.23, Acatlán con 5.21, Tetela de Ocampo con 5.18, Zacatlán con 4.98 y Tecamachalco con 4.79 puntos.

Además de sobrepoblación y hacinamiento, la constante en estas cárceles fue la inadecuada clasificación de las personas privadas de la libertad, deficiencias en la separación entre procesados y sentenciados, inexistencia de actividades educativas, insuficiencia en los programas para la prevención de adicciones y desintoxicación voluntaria. En Tetela y Acatlán, a lo anterior se le suman deficiencias en la alimentación; y en Zacatlán la presencia de actividades ilícitas.

Tecamachalco, en el Triángulo Rojo carcelario

Este municipio fue el único de los 12 evaluados que salió reprobado en todos los aspectos revisados. En cuanto a sobrepoblación, esta cárcel tiene una capacidad para 136 presos; sin embargo, actualmente tiene un registro de 181. Esta cárcel se ubicó en el lugar 8 a nivel nacional con la peor evaluación, incluso por arriba de Ceresos en Hidalgo y Tamaulipas.

En el diagnóstico de este año, Puebla fue la quinta entidad del país con mayor número de quejas por violaciones a los derechos humanos en los sistemas carcelarios, al sumar 233.