La mayoría de nosotros hemos escuchado acerca del trabajo que realizan voluntarios, enfermeras y paramédicos que son parte de la Cruz Roja; estas personas auxilian a los ciudadanos y los apoyan en situaciones de emergencia, pero muy pocas veces se escucha del trabajo que realiza el equipo de resiliencia comunitaria, que es un equipo de jóvenes que tiene como objetivo fortalecer a las comunidades para que puedan prever, reducir y enfrentar el impacto de todo tipo de amenazas.

Este 8 de mayo es el Día Internacional de la Cruz Roja; por tal motivo, El Popular, diario imparcial de Puebla se dio a la tarea de buscar a este equipo comunitario para que compartan las actividades que realizan día con día.

Claudia Reed Martínez es líder del equipo y Jorge Christian Mendoza Jiménez es operador de campo del grupo de resiliencia comunitaria en Puebla; ambos creen que la resiliencia es el mejor camino para que en un futuro los ciudadanos menos favorecidos puedan satisfacer sus necesidades básicas, conectarse y obtener apoyo de políticas públicas adecuadas. Además, buscan que los habitantes de las comunidades puedan gestionar recursos, servicios e infraestructura.

Este grupo de voluntarios trabaja en cinco comunidades de Puebla para que puedan desarrollar una "habilidad resiliente ante la vida". ¿Esto qué quiere decir?, que el equipo a través de varias capacitaciones busca que los miembros de las comunidades sean sustentables y sostenibles en su economía, en su ecología, en la salud y en su educación.

Las comunidades son Los Ángeles Tetela, La Libertad Tecola, San José El Aguacate, San José Xacxamayo y Santa María Tzocuilac la Cantera. Todo lo anterior es a través de varias estrategias; realizan proyectos de preparación para enfrentar emergencias y desastres, promoción de la salud y cuidado del medio ambiente, inclusión social y formación humanitaria, así como conectarlos con actores sociales, públicos y privados que puedan apoyar sus necesidades.

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A la semana van hasta 5 veces a las comunidades, y aunque cada uno tiene actividades fuera de Cruz Roja (Claudia es diseñadora y cursa actualmente una maestría, y Cris es psicólogo) consideran que ayudar a estas personas es su misión en la vida.

Durante este tiempo han vivido situaciones que "los han movido y conmocionado", pero que les han dado fuerzas para seguir en este camino; por ejemplo, Claudia en alguna ocasión fue testigo de un accidente en la carretera. La población, al ver que ellos eran de Cruz Roja, les solicitó ayuda.

Pese a que no iban en una ambulancia y ellos no son paramédicos, apoyaron en lo que más pudieron y sacaron adelante la situación hasta que llegaron los especialistas.

Cristian en una de las comunidades que trabaja detectó que toda una familia tenía problemas del lenguaje, por lo que buscaron y gestionaron apoyos para que el gobierno y otras instituciones los ayudaran; pero cuando el apoyo se iba a concretar, la familia ya no quiso continuar el proceso. En su opinión, esto se debe a que muchos de los beneficiados le tienen miedo a lo desconocido; eso le dolió porque tenía que aceptar su decisión, pese a que fueron meses de buscar la ayuda.

Están seguros de que su trabajo, el amor y el compromiso de todos lo que son parte de este equipo puede mejorar la calidad de vida de las personas y optimizar su capacidad para prevenir, actuar y reponerse ante una crisis de todo tipo.