Entre música y nostalgia, festejan a mamás en el panteón
Leticia Escobar aún recuerda el sabor de las tortillas con azúcar que le preparaba su madre
Cuando Leti come tortillas con azúcar se traslada en el tiempo y recuerda cómo era la vida con su abuela Josefina Meza Muñoz. Han pasado diez años de que falleció y ahora sus encuentros más cercanos son en fechas como el Día de la Madre en el Panteón Municipal. Leticia Escobar Onofres cuenta que su abuela materna falleció a los 82 años y pasó muchos momentos agradables con ella; uno de los más memorables para todos sus nietos fue comer tortillas con azúcar, siendo éste el postre por excelencia. "Lo que más recuerdo y creo que todos los nietos recordamos, es que ella tenía como postre particular de hacernos tortilla con azúcar, en lugar de darnos tortillas con sal, y eso para nosotros era lo máximo," narra Escobar Onofres, mientras en el fondo se escuchan desde las Mañanitas hasta Un puño de tierra de Antonio Aguilar. No sólo ese postre era excelente, también su sazón en general, ninguna de sus hijas logró generar el mismo sabor en la comida, coinciden todos los nietos, dijo Escobar Onofres mientras arreglan una tumba de color blanco. A pesar del tiempo transcurrido, Leticia todavía extraña entrar a su casa y anunciarle a su abuela que ya regresó de la escuela o del trabajo; ella era quien siempre estaba pendiente de sus actividades. Escobar Onofres declara que ahora uno de sus objetivos será enseñar a su hija el postre de tortilla con azúcar; aunque a ella le encanta este alimento, nunca le ha dado a probar el postre de su abuela. Unos metros más allá de la tumba de Josefina también se encuentra la de Ramona Torres Caltenco; su hijo, de 75 años, Sergio Flores Torres, junto con sus descendientes la recuerdan como una persona alegre, que disfrutaba hacer cremitas, y flanes para la familia. Flores Torres explica que tuvo cuatro hermanos; él fue el menor y además el más consentido por su madre al ser el más pequeño de todos. Mientras era niño disfrutaba del canto de Ramona, ella interpretaba la de El jinete, Amorcito corazón y todas las de Pedro Infante. Ramona murió a los 76 años y en el sitio donde reposan sus restos también están los de su esposo y otros consanguíneos; con ello se convirtió en el lugar de reunión de la familia Flores. Cientos de poblanos siguieron el ejemplo de Sergio Flores y llegaron al camposanto cargando rollos de flores, otros más con arreglos florales elaborados y algunos acompañados por tríos que interpretaban las Mañanitas o de grupos de personas que estaban dispuestos a acarrear agua o a arreglar los sepulcros.
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