Lamenta el arzobispo abandono de 70 iglesias
Chietla, Izúcar de Matamoros, Huaquechula y Chiautla de Tapia son los municipios sin atención
El Arzobispo de Puebla, Víctor Sánchez Espinosa, confirmó que a dos años del sismo de 2017, hay 70 iglesias del interior del estado en completo abandono y sin atender su reconstrucción. Destacó que las iglesias más abandonadas se ubican en la Mixteca Poblana, donde prácticamente no se han hecho las intervenciones estructurales que requieren para reabrir sus puertas a los fieles de las comunidades más afectadas. “Los templos más abandonados se encuentran, como lo saben, en la Mixteca. Todavía hay muchos lugares por atender y no se puede hacer sin la aprobación de las autoridades.” El arzobispo de Puebla detalló que los municipios donde los templos han sido abandonados se ubican en Chietla, Tochimilco, Izúcar de Matamoros, Huaquechula, Chiautla de Tapia, entre otras comunidades. “Algunos templos están parados, sobre todo los que tienen daños muy graves, como son los conventos de Tochimilco, Huaquechula e Izúcar.” Puedes leer: En conciencia de diputados, despenalización del aborto: Arzobispo Reconoció que los habitantes han solicitado que con sus propios recursos atiendan los inmuebles; sin embargo, por cuestiones técnicas, las autoridades del INAH no han dejado realizar los trabajos. En el caso de la capital, aseveró que son alrededor de cinco los templos atendidos que, si bien han sido intervenidos por la autoridad, aún no abren sus puertas, porque falta atender sus acabados. “En estos lugares se hicieron reparaciones estructurales inyectando paredes, pero falta atender los acabados; estamos hablando de unos cinco inmuebles que aún no se han abierto porque faltan por atender.” Monseñor Sánchez Espinosa destacó que la iglesia de La Compañía, el Hospitalito y La Catedral están en funciones gracias a la pronta intervención que se tuvo poco después del terremoto por parte de aportaciones de particulares. El arzobispo de Puebla dejó en claro que no existe ningún tipo de riesgo ante un eventual colapso por falta de mantenimiento de templos, pues se encuentran en óptimas condiciones para recibir a los feligreses, salvo los afectados que permanecen cerrados.
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