Las víctimas por encima de todo: Mónica Silva

La aspirante a la titularidad de la Comisión de Derechos Humanos compartió con este medio que ejercerá plena autonomía sin sumisión

Mónica Silva Ruiz, aspirante a la titularidad de la Comisión de Derechos Humanos (CDH-Puebla) asegura que de ser electa por los diputados locales, ejercerá plena autonomía y descarta sumisión para dar prioridad a las víctimas de violaciones a las garantías constitucionales.

En entrevista con El Popular, diario imparcial de Puebla, afirma que pondrá a la gente por encima del poder público.

Incluso advierte que deben dejarse atrás los episodios en los que el presidente de la CDH-Puebla era identificado como un perfil “a modo”.

Admite que una de las grandes deudas del organismo consiste en coadyuvar para que los poblanos cuenten con acceso a la justicia y a la seguridad.

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¿Cuál es la prioridad en la CDH?

—Sin dudarlo, la atención a las víctimas. La Comisión de Derechos Humanos nunca ha puesto como eje central a quien debe ser su principal tema de atención, que deben ser las víctimas, y en este caso lo más importante es que este órgano autónomo se dedique específicamente a las víctimas en su conjunto; pero si esas víctimas adherimos que pertenecen a un grupo de atención prioritaria, como adultos mayores, discapacitados, indígenas, que sufren algún tipo de discriminación, o por preferencias sexuales, condiciones de salud, como pacientes de VIH, desde luego son susceptibles de atender con mayor importancia.

Tras el paso de Adolfo López Badillo por la Comisión, a quien se señaló de omiso, ¿de resultar electa por los diputados sí será prioridad la atención a víctimas?

—Así debe de ser, es la razón de ser del propio organismo. Es un organismo que debe garantizar su autonomía, precisamente con la intención de que las victimas encuentren un espacio donde van protegidos sus derechos humanos.

¿Las víctimas por encima del poder público?

—Sí, sin dudarlo; las víctimas por encima de todo. Para eso se crearon estos organismos, porque las víctimas deben encontrar un espacio donde puedan ir y denunciar que la autoridad se excedió, y éstas deben encontrar a alguien que pueda levantar.

¿La apuesta entonces es de autonomía plena, no sumisión al Ejecutivo en turno?

—Ninguna sumisión. Es importante dejarlo claro. Pero es válida la coordinación para generar políticas públicas. Hay que tener mucha claridad. La autonomía no está peleada con el hecho de que debemos conocer la realidad que vive el estado, qué pasa con el Ejecutivo, por qué no da cumplimiento a los derechos humanos.

¿Y tienes un diagnóstico claro al respecto (de qué pasa en el estado en materia de derechos humanos)?

—Desafortunadamente no tenemos esos datos, porque el anterior presidente (Adolfo López Badillo) daba informes en los que decía ‘di ocho recomendaciones, 125 quejas (…)’, por dar un número, pero no eran datos que permitieran conocer la realidad y plantear una estrategia para garantizar los derechos humanos.

¿Se hace indispensable establecer un diagnóstico?

—Por supuesto, imprescindible, y posteriormente el fortalecimiento de la institución.

¿Cómo fortalecer una institución que ha quedado tan deteriorada en los últimos años por la presencia de un comisionado a modo?

A través del cumplimiento de la ley vía el Consejo Consultivo, que se convierta en un ente plural, diverso, que incluya a diferentes sectores de la sociedad y no sea integrado sólo por cinco personas.

De ahí que lo importante es el fortalecimiento de su órgano consultivo. Es necesario hacer un cambio en la ley de la propia Comisión, en donde este consejo se vea fortalecido al incorporar mayor número de representantes de organizaciones civiles, y a propuesta de la sociedad civil, que evalúe los mejores perfiles.

¿Es darle pluralidad e inclusión?

Es darle más voz a la sociedad civil, es justamente lo que tiene que hacer la Comisión de Derechos Humanos.

¿Cómo operar una reforma de esta naturaleza?

—Estoy convencida de que la Comisión de Derechos Humanos del Congreso del Estado es lo que quiere, la autonomía de este organismo. Sería sentarse con la presidenta de esa comisión, plantear la situación y que la propia presidenta lo proponga y salir adelante con la reforma.

¿Hay condiciones para que avance una reforma como ésa?

—Sin dudarlo. Visualizo que estamos ante un nuevo régimen y tenemos que cambiar la visión, porque no sólo es un cambio de gobierno; se ve en este régimen un gobierno progresista y de eso hablan los derechos humanos.

¿Qué otros temas pondrías por delante?

—Recursos. La Comisión tiene un presupuesto aproximado de 25 millones; ahora consideremos cuál debería ser el presupuesto para una comisión que atiende al 100 por ciento de la población. Por eso es importante que con este diagnóstico tengamos claridad, porque pedir por pedir puedo decir un número, pero podemos decir éste es el panorama de los derechos humanos en Puebla, qué sucede y qué se requiere.

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