Sahumerios, artesanías con más de 100 años de tradición

El sahumerio o incensario es una pieza principal en los altares de Día de Muertos. Sus talleres tienen un legado de más de 100 años

Una de las piezas principales en los altares de Día de Muertos es el incensario o también llamado sahumerio, así como los candeleros. En algunos municipios de Puebla, como Amozoc, existen talleres dedicados a la elaboración de estas artesanías, que tienen un legado de más de 100 años.

Historia de los sahumerios

Ubaldo Torres Cano tiene un taller ubicado en el barrio de Santo Ángel, en el municipio de Amozoc; él narra que la elaboración de los sahumerios tiene en su familia una historia de 116 años. Aproximadamente en 1903, sus bisabuelos iniciaron la fabricación de estos objetos en barro, debido a que en esas fechas no tenían dónde quemar el incienso para los fieles difuntos.

Poco a poco, la familia empezó a fabricar y comercializar los sahumerios en la capital poblana y en los mercados de algunos municipios aledaños a Amozoc. De esta manera han pasado cuatro generaciones; y a decir de Ubaldo, espera seguir manteniendo esta fabricación por muchos años más.

Sin embargo, el artesano cuenta que en Amozoc se ha ido perdiendo el interés de hacer estas artesanías, ya que actualmente sobreviven aproximadamente 5 de casi 50 talleres que había en 1980.

También puedes leer: Dos de las 29 notarías investigadas por el estado, ya promovieron amparos


La elaboración

Los sahumerios y los candeleros son elaborados con barro seco de los cerros de Amozoc; a diferencia de las cazuelas, los sahumerios y candeleros llevan un proceso menos complicado.

El primer paso es extender el barro sobre el piso, agregarle agua y dejarlo un día; ya que se ha convertido en masa, los artesanos lo empiezan a pisar con los pies descalzos, y posteriormente se empieza a trabajar en un torno.

Después se procede al primer cocimiento de todas las piezas en un horno grande, por casi un día; posteriormente, para que las piezas tengan un color brillante, se sumergen en una pintura especial, a la cual se le nombra “vidriado”.

El siguiente paso es meter las piezas a la “padilla”, otro horno con una temperatura de 35 grados para que tomen su tono brilloso. Todo este proceso se hace en un aproximado de cuatro horas.

Ya que salen los sahumerios y candeleros, se sacan con cuidado con una garrocha para evitar que las piezas sufran fracturas; se dejan en el sol, el cual juega un papel fundamental para los artesanos.

En esta temporada, Ubaldo fabrica de 800 a mil piezas, las cuales se comercializan en los mercados de Puebla, incluso son llevados a otros estados. Su costo por docena oscila entre 180 y 200 pesos, mientras que por pieza están en 15 pesos.

  • URL copiada al portapapeles