Buscarán migrantes poblanos en el desierto de Arizona

Alrededor de 8 mil migrantes poblanos habría perdido su vida durante su paso por el Gran Desierto de Altar.

Buscarán migrantes poblanos en el desierto de Arizona
Agencias | Esperan un permiso para desenterrar cuerpos. Buscarán migrantes poblanos en el desierto de Arizona

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Memorias del Crimen

La mayoría de los migrantes —mexicanos y centroamericanos— que atraviesan el Gran Desierto de Altar, en Sonora, con la intención de ingresar a los Estados Unidos; sin embargo, muchos pierden la vida en su paso por reserva india de los Tohono O’odham.

De acuerdo con los registros del Grupo Armadillos: Búsqueda y Rescate, es probable que entre siete y ocho migrantes poblanos hayan perdido la vida en ese vasto territorio en los últimos años. Uno de sus fundadores, César Ortigoza, adelantó para El Popular, diario imparcial de Puebla, que tan pronto como consigan el permiso de la comunidad comenzarán la búsqueda.

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“Nosotros prometemos, con el corazón en la mano, que una vez que nos den el acceso, vamos a ir a buscarlos y tratar de encontrarlos”, dijo.

Inmerso en actividades de rescate desde hace casi una década, César asegura que aunque ninguno de sus compañeros ha sufrido la pérdida de algún familiar y que por el contrario, su labor los ha puesto ya en situaciones de alto riesgo, no están dispuestos a bajar las manos.

 

“El dolor es muy grande”

Luego de una primera búsqueda binacional en Tijuana —en donde encontraron alrededor de cinco cuerpos—, Grupo Armadillos comenzó a recibir invitaciones para colaborar con otros colectivos nacionales. Así que en los primeros días de noviembre salieron rumbo a Puerto Peñasco, para ayudar a las Madres Buscadoras de Sonora.

En el paraje conocido como la Ostionera, sorpresivamente, localizaron al menos siete fosas con restos humanos. Momentos más tarde, un comando armando compuesto por entre 12 y 15 personas los interceptaron, sometiéndolos al instante. “A mí personalmente me ponen un pie en la espalda y un cuerno de chivo en la cabeza.”

Sin poder ver lo que ocurría con sus compañeros, César alcanzó a escuchar al líder del grupo delictivo mientras interrogaba a una de las madres. “Le decía que no teníamos que estar buscando en ese lugar (...) que sólo estábamos levantando el polvo.”

Minutos más tarde, una llamada bastó para que el comando armado se retirase con una advertencia a los buscadores: si regresaban y los encontraban todavía en lugar, ahora sí los asesinarían.

A unos meses del incidente, el fundador de Grupo Armadillos asegura que si bien espera no volver a enfrentarse a una situación como ésta, le imposible desentenderse del dolor de las familias. “Tenemos que darnos cuenta que el dolor de las madres es muy grande (...) ellas están dispuestas a llegar hasta las últimas consecuencias para que sus seres queridos regresen a casa.”