Denuncian opacidad en manejo de vertederos poblanos

Operadores de rellenos clandestinos niegan la entrada a los académicos para que realicen estudios.

En 1995, el municipio de Puebla tomó la decisión de concesionar el manejo de los residuos a través de diferentes etapas, asignando a dos empresas las zonas oriente y poniente de la ciudad para la recolección de los mismos. Mientras que para el confinamiento de las mil 700 toneladas diarias que se generan en la ciudad, se contrató a Rellenos Sanitarios SA de CV (Resa).

Desde su creación, especialistas se han encargado de monitorear la actividad y el funcionamiento del lugar; sin embargo, un grave problema es que no hay la suficiente información y se adolece de carencia de indicadores.

“Un grave problema al que nos hemos enfrentado, es que no hay suficiente información o indicadores que nos pueda decir cuál es el estado actual del relleno sanitario,” resaltó el maestro Raciel Flores Quijano, director del Área Química de la Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla (UPAEP).

En los últimos diez años, los especialistas no han tenido ningún acceso al tiradero de basura; se niegan a admitir visitas para realizar observaciones de campo. 

La tendencia es que cada trienio de las administraciones municipales se hereden los problemas una a otra sin una solución real; lo anterior, aunado a que no hay transparencia en el manejo del espacio.

“Desde que se creó este espacio, la capacidad de vida útil sólo estuvo planeada a 15 años; van muchos años más y entonces se crea mucha confusión, porque cada autoridad municipal entrante asegura que se alarga su vida útil, pero no hay evidencia alguna,” señaló.

Hasta hace una década había la certeza del funcionamiento óptimo del basurero; sin embargo, los incipientes esfuerzos de las autoridades en turno no han dado los resultados esperados.

A lo anterior se añade que en diferentes ocasiones se han visto impedidos para acceder a realizar una revisión técnica del manejo de la basura, lixiviados, la creación del biogás y la separación de los residuos, pues de las mil 700 toneladas diarias generadas, sólo un 5 por ciento se recicla.

Flores Quijano consideró que los rellenos sanitarios en la entidad ya son obsoletos, por lo que la alternativa es la aplicación de proyectos sustentables, para convertir estos espacios en productos renovables.

Explicó que por lo menos 50 por ciento del material reciclable se puede convertir en subproductos, sin riesgos de generar un peligro de contaminación, a través de estaciones de transferencia.

Con este sistema también se pueden generar empleos, recolectores voluntarios y con este material reciclado elaborar camisas, fibras sintéticas, alfombras y tapices.

 

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