“Si luchas por amor, la vida te recompensa”

María de la Luz y Enrique, trabajadores del Ayuntamiento, sintieron amor a primera vista y lucharon para conseguir la familia que deseaban.

La historia de María de la Luz Santamaría Galicia, trabajadora sindicalizada del Ayuntamiento de Puebla y adscrita al Centro de Atención Municipal (CAM) desde hace 22 años; y Enrique Pérez Águila, trabajador sindicalizado del área de informática en la Tesorería municipal desde hace 14 años, inició en las instalaciones de la dependencia.

Un día, María tuvo problemas con la máquina que ocupa como cajera en el CAM y llamó a Sistemas para que alguien le ayudara a repararla. Horas más tarde llegó Enrique a verificar el problema. Es así como se conocen, se empiezan a tratar, se hacen novios y cuatro meses después se casan: el famoso amor a primera vista los alcanzó.

Lo más importante para ellos era tener un bebe, así que acudieron al médico para realizarse los estudios necesarios; sin embargo, después de muchos intentos se enteraron de que no sería posible.

Era tanta la ilusión de un bebé que optaron por la inseminación in vitro, y aunque este tratamiento es muy costoso y doloroso, tanto física como emocionalmente, para la pareja no era importante. “Es una situación muy complicada y sumamente difícil, fueron días de mucho llorar, mucho dolor por que nos casamos muy enamorados con la ilusión de tener un bebe,” narró María.

Antes de someterse a la inseminación, se les explicó lo que este tratamiento implicaba y decidieron usar óvulos y esperma propios, lamentablemente no tuvieron buenos resultados.

Siguieron buscando con otros ginecólogos hasta que uno de ellos le ofreció otra alternativa y por fin lograron ser papás.

Él bebe comenzó a crecer y con él las necesidades, sobre todo de atención y cuidados. Para ellos fue muy difícil ya que ninguno de los dos tenía familia en Puebla y no había quien cuidara de su hijo. Ambos decidieron contratar a una persona para que se encargara del pequeño, pero un día María llegó antes a casa y descubrió que no lo cuidaban como era debido, por lo que fue llevado a la guardería del IMSS.

Ya estando en la escuela, las maestras se quejaban todo el tiempo de su mal comportamiento y su falta de atención, pero siempre sacaba buenas calificaciones y captaba las cosas con mucha facilidad. Como la situación llegó al límite, decidieron investigar y pedir ayuda; sin embargo, los especialistas, doctores y psicólogos sólo les pedían dinero y medicaban a Joshua sin resultados ni mejorías.

En su desesperación, conocieron a un neurólogo que aceptó tratar a al pequeño, quien fue diagnosticado con TDAH.

El tratamiento consta de medicación para controlar los síntomas y terapia. La estructura del hogar, la escuela y el deporte también son importantes para que Joshua este tranquilo.

“El tratamiento es muy costoso. Mi hijo toma dos medicamentos, lo peor de todo es que los tenemos que comprar con dos meses de anticipación porque es difícil encontrarlo”.

Para los padres del pequeño de 9 años, que ahora cursa el tercer grado de primaria, es un orgullo ver que su hijo se supera, practica natación y taekwondo.

 “No importa todo lo que tengamos que hacer por nuestro hijo, mi esposa y yo hacemos bolis en nuestros tiempos libres y los vendemos a los conocidos para obtener una ganancia extra y sacar adelante a nuestro hijo. Por él todo vale la pena,” explicó Enrique con lágrimas en los ojos.

“Queremos agradecer a Dios por este hijo tan maravilloso que nos mandó y también al Secretario General del Sindicato Benito Juárez García, Gonzalo Juárez Méndez, por su apoyo,” concluyeron.

 

 

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