¿Qué hacer con el cadáver de un fallecido por COVID-19?

Familiares deben evitar el contacto físico con el cadáver e instroducirlo en bolsas biodegradables.

De acuerdo con la Guía de Manejo de Cadáveres por COVID-19 que dio a conocer la Secretaría de Salud, en relación al traslado de cadáveres por fallecimientos de la pandemia, a los familiares se les recomienda no establecer contacto físico con el cadáver ni con las superficies de su entorno que pudieran estar contaminados.

En el documento se señala que el cadáver debe introducirse en una bolsa de traslado biodegradable, que reúna las características técnicas sanitarias de resistencia a la presión de los gases en su interior e impermeabilidad.

La introducción en la bolsa se debe realizar dentro de la propia habitación. Una vez que el cadáver esté adecuadamente empacado en la bolsa, se recomienda la desinfección externa de la bolsa.

Se debe realizar la clara identificación del cuerpo de acuerdo con los lineamientos de las Instituciones, notificando al camillero para su transporte al mortuorio.

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La camilla de traslado se deberá desinfectar con soluciones con hipoclorito 0.1% (1000 ppm) posterior a dejar el cuerpo en la morgue, de acuerdo con los lineamientos de manejo de RPBI (NOM-087-ECOL-SSA1-2002), limpieza y desinfección.

En el área hospitalaria donde ocurrió el deceso, el personal del aseo debe realizar la limpieza y desinfección de toda la zona y elementos (cama, equipos de la cabecera, colchonetas, puertas, cerraduras, etc.) siguiendo la técnica del triple balde conforme a los lineamientos de prevención y control de infecciones.

El cadáver debe ser transferido lo antes posible a la morgue de la unidad después del fallecimiento siguiendo las recomendaciones de bioseguridad de acuerdo con el procedimiento que realicen.

El personal de salud deberá utilizar precauciones de contacto y gotas (lavado de manos con agua y jabón, uso de guantes, mascarilla quirúrgica, bata impermeable con manga larga y protección ocular) para retirar todos los dispositivos que tenga el paciente con el fin de disminuir riesgos de contaminación por derrame de secreciones

 

Sobre el ataúd y el destino final

Se usa una bolsa para el traslado del cadáver y ésta puede introducirse en el ataúd siempre y cuando éste se desinfecte de manera externa, todo ello a fin de facilitar su manipulación y evitar cualquier tipo de riesgo.

Forma parte de los derechos del personal de traslado del cadáver el estar informados previamente sobre ello, además de contar con un procedimiento a seguir en caso de que ocurriera algún incidente.

La guía de manejo de cadáveres por COVID-19 señala que la disposición del cadáver debe darse lo más pronto posible, de manera preferente por cremación, sin embargo, no es una obligación el hacerlo y se puede optar por el entierro en las condiciones habituales. En tanto que en el caso de las cenizas, éstas pueden manipularse sin que supongan ningún riesgo.

 

 

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