Con tan sólo una promesa de repatriación de cenizas y una transferencia directa de mil dólares una vez que termine la crisis sanitaria, por ahora los deudos se atienen a las redes de apoyo, como la que representa la fundación Pies Secos.

“Lo hacemos más que nada porque nuestra comunidad vive una situación muy difícil; a veces no sólo pierden a un papá sino jefe de familia. Tenemos dos casos de familias completas donde murieron los papás, tres de sus hijos y hasta un suegro y una suegra. Lo que no hacemos entonces es apoyarlos en estos momentos difíciles, que puedan tener a su familiar aunque sea en cenizas”, cuenta Ricardo.

La esperanza, puesta en la reactivación económica

Aunque entre sus deseos se encuentra la posibilidad de que el Gobierno Federal reembolse a las familias parte de los gastos funerarios en los que han incurrido, Ricardo reconoce que la situación económica en México no es la más favorable, tomando en cuenta la propia fragilidad económica en la que nos encontramos, y el que todavía no hayamos alcanzado el pico máximo de la transmisión.

Con apoyos alimentarios e incluso transferencias directas por parte de los gobiernos de New York y New Jersey, asegura, los casi 850 mil poblanos que viven en esta zona soportan estoicamente el impacto económico de la crisis que desde hace tres semanas, impiden a la gran mayoría seguir enviando las remesas que sus familiares esperan con ansias del otro lado de la frontera.

“La preocupación es generalizada, pero lo que ya estamos esperando aquí es que se reactive la economía. Va a ir por etapas, pero ya en la primera semana de mayo van a abrir los negocios de forma paulatina (...) y eso va a servir de mucho, para generar recursos propios y empezar a enviar lo que se pueda a los municipios”, dijo confiado en que esta reapertura de las actividades sirva para mitigar las necesidades de las familias poblanas en ambos países.