¿La responsabilidad de contagio debería incidir en quién recibe atención médica crítica?
La conversación ha pasado a la responsabilidad que tiene el individuo sobre su propio contagio y si esto le da más o menos derecho a recibir atención.
La edad biológica de los pacientes críticos de Covid-19, se advierte en la nueva versión del proyecto de Guía para la Asignación de Recursos Médicos en Situación de Contingencia, ya no es un factor decisivo en la asignación de recursos, es decir, en quién debe recibir o no respiración mecánica asistida. Esto tras la polémica suscitada en la comunidad científica, centros de estudios filosóficos y bioéticos nacionales y estatales que consideraron que el primer borrador, que incluía una cláusula de edad para resolver “empates” —dándoles prioridad a las personas más jóvenes en la asignación de medicina crítica—, era un acto de discriminación hacia las personas adultas mayores. “La única característica que debe tomarse en cuenta para ser candidato (a) a la asignación, o reasignación de recursos escasos de medicina crítica es la posibilidad demostrable de acuerdo con la experiencia médica nacional e internacional, de beneficiarse de dichos recursos médicos”, se lee en el documento. También lee: En Puebla se reportan 71 trabajadores de la Salud infectados por Covid-19Sin embargo, explica para El Popular el profesor-investigador de la Ibero Puebla, Francisco Iracheta Fernández, existe otro elemento que podría tomarse en cuenta y del que poco se habla: la responsabilidad de contagio, tanto por lo controvertible de esta variable como por lo difícil que sería comprobarlo. “Con la cantidad de información que ya tenemos de lo importante que es quedarse en casa, y que las personas en efecto cumplan eso como parte de la labor que hacemos por el bien común, sí habría actos de irresponsabilidad en aquellos que no cumplen con estas condiciones y que salen a la calle pensando que la vida es normal, que podrán trabajar desde casa pero que no lo hacen, y que igual aprovechan situaciones para hacer fiestas.” Estos comportamientos, agrega el especialista en ética aplicada, cargan consigo riesgos evidentes de contagio y nuevos dilemas éticos, pues en caso de que se presente alguna complicación que obligue a los médicos de un hospital a decidir si debe recibir o no, un ventilar mecánico, es inevitable pensar en si esta persona tiene más derechos que otra que se contagió accidentalmente. “Son preguntas cuyas respuestas inclinarían la balanza a decir que aquellas personas que no son responsables de su contagio, tendrían que estar en un segundo lugar respecto de aquellas que han decidido cuidarse”.
El proyecto, independientemente de las modificaciones que pueda tener en el transcurso de los días, tiene un objetivo central: servir de guía para médicos, enfermeras y todas las personas que se encuentran en la primera línea de atención a la epidemia de Covid-19, para que los mejores tratamientos disponibles sean aplicados de forma sistemática y para evitar también, implicaciones de conciencia entre el personal hospitalario, quienes necesitan laborar bajo las mejores condiciones posibles, incluyendo aquéllas de carácter psicológico. |