Sin embargo, la presidenta de la Cámara Nacional de la Industria de Restaurantes y Alimentos Condimentados (Canirac) en Puebla, Olga Méndez Juárez, advirtió que no todos los establecimientos tienen la capacidad para mudar sus servicios a dichas plataformas, sobre todo las fondas, cocinas económicas y loncherías que seguían recibiendo a los trabajadores no esenciales.

Del domingo a la fecha, 90 establecimientos tuvieron que cerrar —sumándose a los 470 que estaban cerrados desde hace tres o cuatro semanas. Además, mil 800 trabajadores de piso, meseros, garroteros y barmans fueron enviados a sus casas, quienes se sumaron a los más de 14 mil empleados que ya lo estaban desde el inicio de la pandemia.

“El empresario se siente solo, desprotegido y con una carga financiera muy fuerte, lo que lo lleva a decir que no volverá a abrir la cortina; tenemos que motivarlos”, dijo la presidenta de Canirac en conferencia de prensa.

“A lo mejor es fácil desde un escritorio mandar decretos y medidas que perjudican aún más al comercio, que por sí ya está en la lona”, se lamentó.

El presidente del Consejo de Comerciantes del Centro Histórico, José Juan Ayala Vásquez, complementó las estimaciones de Canirac asegurando que hasta la semana pasada, 300 comercios en esta parte de la ciudad no volverán abrir, advirtiendo que cada semana que pasa se agregan otros cien establecimientos que ponen en duda su continuidad a largo plazo.