Sin embargo, no existen empresas autorizadas para el confinamiento o incineración de éstos, situación advertida el 18 de mayo pasado, cuando la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) clausuró un centro de acopio en el municipio de Cuautinchán, a 5 kilómetros de la capital del estado.

De acuerdo con la Profepa, el centro de acopio prestaba los servicios de incineración y esterilización de residuos sin autorización. El inmueble, detalló en un comunicado, no contaba siquiera con las medidas adecuadas para su almacenamiento, las cajas de refrigeración no funcionaban y rebasaban su capacidad, se encontraron residuos fuera del almacén —en el suelo, a cielo abierto—, y derrames de líquidos corporales, incluyendo sangre.

Una denuncia penal por el delito de gestión ambiental fue interpuesta por la Profepa ante la Fiscalía General de la República (FGR). La empresa fue clausurada de forma temporal y aproximadamente 6 mil metros cúbicos de RPBI tienen que ser dispuestos adecuadamente para otras empresas autorizadas.

La Semarnat apuntó que en condiciones normales, la generación promedio por paciente es de 0.21 kilogramos. Considerando las mil 482.5 toneladas de residuos peligrosos biológico-infecciosos generadas en el estado desde el 2004 hasta el mes de abril de 2020, se generan 0.25 toneladas cada 24 horas, en condiciones normales. En los tiempos de Covid-19, considerando los 694 casos activos reportados por la Secretaría de Salud estatal hasta el 28 de mayo y el pico del contagio, se generan al día entre 1.3 y 1.5 toneladas de desechos.

¿Qué son los RPBI?

De acuerdo con la NOM-087-ECOL-SSA1-2002, los Residuos Peligrosos Biológico-Infecciosos son todos aquellos materiales que se utilizan en la atención médica y que contienen agentes biológico-infecciosos. Es decir, cualquier microorganismo que sea capaz de producir enfermedades. También se incluyen en esta definición los virus que por su capacidad para replicarse pueden provocar padecimientos como el Covid-19.

Debido a la potencialidad que los RPBI tienen para causar efectos nocivos a la salud y al ambiente por sus niveles de concentración, éstos tienen que ser esterilizados, desinfectados químicamente o incinerados por empresas autorizadas por la Semarnat.

Entre los residuos se encuentran la sangre, los cultivos y las cepas de agentes biológico-infecciosos utilizados en el diagnóstico e investigación; los tejidos, órganos, recipientes, materiales de curación y desechables; los objetos punzocortantes como jeringas, agujas y bisturíes, así como otros materiales desechables que contengan esputo (flema), secreciones pulmonares y sus contenedores.

A nivel nacional existen 39 empresas autorizadas para prestar servicios de recolección y transporte, con una capacidad de 795.25 toneladas por viaje. Existen otras 36 de almacenamiento y acopio, con una capacidad de 18 mil 867.33 toneladas por año; 35 de tratamiento, con 395 mil 76.45 toneladas por año; y 19 de incineración, con 117 mil 519.96 toneladas por año.