¡Prepárate para el calor! esperan con la canícula temperatura de 40 grados
Municipios como Ixcamilpa, Chiautla, Tehuitzingo, Acatán, Chila de la Sal, Petlalcingo, San Pablo Anicano y San Jerónimo Xayacatlán se verán afectadas.
Al menos 70 municipios poblanos de la Sierra Norte y Nororiental, pero principalmente de la Mixteca, resentirán los efectos de la canícula con temperaturas que podrían llegar y en algunos casos rebasar los 40 grados. La Comisión Nacional del Agua (Conagua) pronosticó que si bien Puebla no forma parte de los estados con mayor riesgo en esta temporada del año, tres de sus regiones sí, en donde podrían verse afectadas sus actividades agropecuarias. En la Mixteca, por ejemplo, la temperatura promedio será de 35 a 40 grados, para municipios como Ixcamilpa de Guerrero, Chiautla de Tapia, Cohetzala, así como Tehuitzingo, Acatán de Osorio, Chila de la Sal, Petlalcingo, San Pablo Anicano y San Jerónimo Xayacatlán, entre otros. Productores de la región, consultados vía telefónica, aseguraron que aunque la zona es tradicionalmente seca, durante la temperada de lluvias permite el manejo de cultivos de temporal, por lo que la llegada de la canícula, suele provocar daños en las siembras. Manuel Manzano, habitante de Chiautla de Tapia, aseguró que los pequeños productores son los que más resultan con daños porque carecen de sistemas de riego o modelos de invernadero para controlar sus cultivos. “Por ahí de mayo empieza a llover y entonces empieza a crecer parejita la siembre, pero viene la canícula y como deja de caer la lluvia, y aquí es fuerte el sol, como no tenemos riego pues se empiezan a secar las plantas,” contó. “Para las ciudades a lo mejor solo es el problema de que la gente tiene calor, pero aquí en el campo sí es un problema más serio porque puede llegar a que se pierda toda la siembra,” agregó. Rubén Cuautle, de Acatlán de Osorio, coincidió en que cada año enfrentan complicaciones porque más del 90 por ciento de los pequeños productores trabajan siembra de temporal y, al carecer de lluvias por la canícula, las pérdidas pueden alcanzar hasta el 50 por ciento de la cosecha. “No podemos hacer nada porque si no llueve, de dónde sacamos agua y más por aquí que no hay mucha agua,” dijo. “Guardamos agua, porque nos han enseñado formas de retener agua, pero no es suficiente porque de plano hay puro sol y nada de lluvia,” añadió.
Es real y preocupante Juan José Zamorano Mendoza, director de la Facultad de Ingeniería en Agronomía de la UPAEP, advirtió que los productores agrícolas y pecuarios deben comprender que se trata de un fenómeno real, alejado de cualquier creencia como ocurre con las denominadas “Cabañuelas”. Refirió que hay quienes identifican el fenómeno de la canícula más por el aprendizaje de generaciones y de forma empírica, que a partir de información científica y meteorológica. El académico manifestó que se percibe por la disminución de precipitaciones durante un plazo prolongado —que según las autoridades llega a durar en promedio de 40 días—. Zamorano Mendoza manifestó que los cultivos con mayor riesgo son los de maíz porque principalmente corresponden a los pequeños productores, que se sujetan a la dinámica del temporal. “A quienes más puede afectar la canícula es a los pequeños productores. ¿Quiénes son los pequeños productores?, son los que tienen dos o tres hectáreas, siembran maíz y sus cosechas son para el auto consumo,” manifestó. “Son los que normalmente son más afectados y, por tanto, ahí creo que el gobierno del estado deberá estar muy pendiente de este fenómeno, porque sí se registra una sequía; así que si van observando y hay un daño, puede entrar el gobierno con los seguros para dar un apoyo a los agricultores,” dijo. Además, el académico sugirió a los campesinos en los municipios donde impactará la canícula que pongan en práctica dinámicas de retención del agua como sucede en diferentes zonas de Estados Unidos. Mencionó que el además del propio fenómeno de estiaje, éste se acentúa por las variaciones meteorológicas como consecuencia del cambio climático. Explicó que una solución consiste en recolectar el agua de lluvia en los primeros meses de la temporada para almacenar y cuando comienza la canícula, se utiliza el líquido que se concentró previamente en sitios como represas o bordos. “Toda es agua que escurre, digamos, la retenemos y esa agua se puede utilizar para algo que en agricultura se llama riego de auxilio,” pronunció. “Eso que llovió, eso que escurrió, lo capto y lo almaceno, y cuando lo necesito que va a ser entre julio y agosto, lo meto cuando está la canícula y tengo riego, y con ese riego de auxilio casi todos los cultivos pueden sobrevivir; de hecho el maíz con medio riesgo puede salvarse,” manifestó Juan José Zamorano. El director de la Facultad de Ingeniería en Agronomía de la UPAEP expresó que los campesinos pueden aprender las técnicas para obtener mejores rendimientos de sus terrenos en esta temporada.
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