Pese a que Puebla capital es el epicentro de la pandemia en el país, al reportar mayor número de contagios acumulados, la Secretaria de Protección Civil y Gestión de Riesgos detectó un incremento de fiestas clandestinas y particulares.

Tan sólo este fin de semana, personal de la dependencia canceló ocho reuniones masivas en diferentes puntos de la ciudad.

De acuerdo con el titular de la dependencia, Gustavo Ariza Salvatori, en los últimos días se presentó un relajamiento social, sobre todo en reuniones de jóvenes que organizan fiestas clandestinas.

El funcionario municipal indicó que hubo un incremento en la realización de festejos, incluidos los de particulares, que fueron suspendidas después de las quejas de vecinos.

Lamentó que tan sólo este fin de semana intervinieron en ocho reuniones, en las que no respetaban medidas de prevención como la sana distancia y uso de cubrebocas, aunado al consumo de alcohol.

“Estamos ahora teniendo muchos problemas con la organización de fiestas clandestinas y otras más familiares en salones sociales. Este fin de semana cerramos ocho reuniones que ponían en riesgo a los asistentes.”

Ariza Salvatori reconoció que los jóvenes rompen el confinamiento en el pico más alto de la pandemia, situación que atribuyó, entre otros factores, a la organización de este tipo de reuniones masivas.

El secretario aseveró que están atendiendo todas las denuncias ciudadanas sobre la celebración de festejos en la ciudad y también monitorean redes sociales —debido a que a través de estas surgen las convocatorias—.

Este fin de semana fue uno de los más altos en cuanto a la suspensión de fiestas a pesar de que Puebla permanece en color rojo del semáforo epidemiológico.

Por ejemplo, el viernes el personal de la Secretaría de Protección Civil de la capital, detuvo una celebración de al menos 50 jóvenes, en la colonia José Abascal.

El sábado 25 de julio se llevó a cabo una fiesta infantil en la colonia Roma, Segunda Sección, a la altura de los campos de futbol, en donde de igual forma se suspendió la reunión pese a la inconformidad de los organizadores.

Ese mismo día se canceló una fiesta sonidera en la Segunda Sección del Fraccionamiento Santa Isabel Castillotla, retirando del lugar a todos los asistentes.

La autoridad municipal lleva más de 90 días en labores de disuasión para evitar que personas se congreguen en reuniones que impliquen más de 10 personas, principalmente en celebraciones en predios, domicilios, vía pública, así como también en salones sociales.

En menos de 35 días se detectaron dos fiestas clandestinas protagonizadas por muchachos, a los que se obligó a abandonar los inmuebles en donde estaban concentrados.