Falta de dispositivos con conexión a la red, o con un servicio deficiente, el aumento del gasto en servicios de luz e internet, así como el desempleo, y la poca capacitación de maestros y padres para acompañar a los alumnos en la migración a las clases digitales son los obstáculos que Francisco Romero, docente de la Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla (UPAEP), ve en el regreso a clases en línea que en escuelas públicas comenzará el 24 de agosto.

En conferencia de prensa virtual, el docente explicó que el Índice de Desarrollo de las Tic (IDT) de Puebla es de 4.2 y la media nacional es de 5; la entidad se encuentra rezagada en ese sentido, aunque la situación se vuelve más dramática cuando se habla de comunidades rurales y aisladas.

Destacó que 9 de cada 10 mexicanos tienen un teléfono inteligente, aunque no todos con internet, un 43 por ciento de la población es usuaria de una computadora, y el 92 por ciento de los hogares tiene acceso a televisión, por lo que la apuesta por utilizar este formato para las clases es un acierto, explicó, aunque recordó que no existe una interacción entre los estudiantes y el maestro, y por ende una retroalimentación.

Abundó en que la digitalización de la enseñanza era una tendencia que iba en aumento, y que la emergencia sanitaria hizo que la migración de formato fuera más rápida; las escuelas privadas estaban mejor preparadas para afrontar la situación.

"La pandemia vino a acelerar el uso de las tecnologías para la impartición de clases y la UPAEP, y otras escuelas privadas, ya estaban preparadas para eso (...) En las escuelas de gobierno, el sistema se puso a prueba por no tener una plataforma para ofrecer contenidos en línea, y porque los profesores tampoco estaban preparados; ese es el gran reto", mencionó.

Advirtió que el regreso a clases virtual evidencia la brecha digital, y dijo que esa diferencia puede traducirse en un rezago económico para los alumnos por el impacto que tiene en su aprendizaje.

Subrayó que el uso de internet es un derecho humano, tal y como lo estableció la Organización de las Naciones Unidas (ONU), por qué es una herramienta para democratizar el conocimiento, y sin las herramientas correctas: el aprendizaje puede verse afectado.