Después de cinco meses de misas dominicales a puerta cerrada, la Catedral de Puebla realizó este 16 de agosto la primera eucaristía abierta al público; todos los asistentes cumplieron con las medidas de seguridad emitidas por la Secretaría de Salud, y se respetó la afluencia máxima del 25 por ciento.

El obispo auxiliar Tomás López Durán fue el encargado de oficiar la misa, y durante la homilía invitó a las personas a abrir su corazón con los más desprotegidos y apoyarlos en medio de las dificultades.

También hizo un llamado a que los adultos mayores, y aquellos que pertenecen a un grupo vulnerable, sigan las transmisiones de la misa a través de redes sociales, radio o televisión, y pidió al público en general mantener la fe y la esperanza.

Explicó que la tecnología permite que las personas que no pueden asistir a misa puedan seguir la transmisión a través de los distintos canales designados, y que esto no impide la cercanía con la iglesia.

Cabe mencionar que desde el 10 de agosto, la mayoría de los templos que pertenecen a la arquidiócesis de Puebla abrieron sus puertas, y para oficiar misa realizaron distintas modificaciones a los espacios, y aplicaron distintos filtros sanitarios: al ingresar un grupo de jóvenes se encarga de tomar la temperatura, aplicar gel antibacterial y verificar que se utilicen los tapetes sanitizantes.

La limpieza antes y después del acto religioso fue hecha por los mismos jóvenes, y de esta manera buscan minimizar el riesgo de contagio en tiempos de la arquidiócesis de Puebla.