Impulsan iniciativa para castigar con castración química a pedófilos en Puebla

El legislador José Juan Espinosa busca reducir los delitos sexuales en contra de menores con su propuesta.

José Juan Espinosa, diputado del Partido del Trabajo (PT), envió al Congreso local una iniciativa para castigar con tratamiento químico hormonal o de inhibición sexual, conocido comúnmente como castración química, a quienes cometan delitos sexuales en contra de menores de edad. El punto de acuerdo presentado también contempla sancionar los actos de exhibicionismo sexual y corporal con la misma pena.

 

La iniciativa busca reformar los artículos 37, 67, 68, 217, 265 y 272 del Código Penal de Puebla; el punto de acuerdo fue turnado a la Comisión de Procuración y Administración de Justicia para su análisis, y en su caso aprobación.

 

La propuesta también contempla, en el artículo 272, castigar con castración química a quienes cometan delitos en contra de personas que por su condición, enfermedad o cualquier otra causa no puedan resistirse, y en caso de que el abuso sea en contra de un niño menor de 12 años: la pena de cárcel será de 10 a 40 años de prisión, además de una multa de 120 a mil 120 Unidades de Media de Actualización (UMA).

 

En el caso de la reforma al artículo 217, se estipula que los actos sexuales y de exhibicionismo corporal, reales o simulados, serán castigados con el tratamiento de inhibición sexual, además de las penas que ya se contemplan en ese artículo –siete a 12 años de prisión y multas de 800 a dos mil días de salario–.

 

El diputado explicó que la castración química no está prohibida en el artículo 22 de la Constitución Mexicana, por lo que no es una reforma anticonstitucional, y destacó que iniciativas similares ya fueron aprobadas en países como Estados Unidos, España y Moldavia.

 

El legislador refirió en el documento enviado al poder legislativo que los fármacos que se utilizarán para la castración química serán la leuplorelina, el acetato de medroxyprogesterona y el acetato de ciproterona para así inhibir la producción de testosterona, lo que se traduciría, en sus palabras, "en una disminución de delitos sexuales".

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