Muere don Onésimo Sánchez dueño de “El Burladero” apasionado de la fiesta brava que plasmaba en la decoración del restaurante y por supuesto de la gastronomía poblana, además de ser un pionero del Mole de caderas.

Ir al restaurante “El Burladero” era encontrar a Onésimo Sánchez Jiménez, sobre todo en la temporada octubre-noviembre, este donde el restaurante era refugio de cientos de poblanos por su mole de caderas, y los chiles en nogada, chalupas, sopa de médula, huitlacoche y otros guisos; aunque este año por la pandemia estaba viviendo una situación atípica.

Desde niño Onésimo tuvo un espíritu emprendedor, abandonó la Sierra Mazateca de Oaxaca y le prometió a su mamá trabajar para sacar adelante a la familia, a los 13 años partió a Veracruz donde trabajó cortando caña, posteriormente fue a Tehuacán, donde fue recolector de huevo y el destino lo trajo a la capital de Puebla, donde en las mañanas trabajó en el restaurante Bola Roja y por las noches estudió la primaria.

Don Onésimo se especializó en la comida poblana, y así lo demostró en los platillos que sirvió en las mesas de “El Burladero, en el Barrio de Santiago”, que él mismo atendió hasta casi sus últimos días.

Grandes personalidades visitaron “El Burladero” como: Fidel Castro, Edson Arantes “Pelé”, Hugo Sánchez, así como diversos políticos además de turistas de Singapur, China (Shangai), Inglaterra, Francia, Alemania, Italia, Brasil, entre otros países.

Con 45 años de ser un referente en la gastronomía poblana hoy los poblanos despiden a este gran apasionado y promotor de la comida poblana.