Familias que residen en un edificio de Chignahuapan, acusan a 50 elementos de la policía estatal por haberles robado sus pertenencias, golpear a menores de edad y amenazar a mujeres en un operativo justificado por la quema de una llanta, en un lote baldío cercano al edificio. 

Uno de los residentes del edificio escuchó golpes en la entrada principal, el cual lo despertó, se asomó por la ventana y notó una multitud de patrullas. Le dijeron que había un incendio, por lo que despierta a sus hijos menores de edad.  

Se dio cuenta que solo se estaba quemando una llanta, en un terreno que no afectaba al edificio. Entraron los elementos de la policía estatal golpeando las puertas y rompiendo vidrios al edificio. 

"Bajaron a mis dos hijos de la cama, los tiraron al piso; les apuntaron con el arma y le dieron una patada, luego los sacaron", comenta la madre de los menores. 

Eran alrededor, más de 15 patrullas y 50 elementos de la policía estatal que no presentaron una orden de aprehensión, orden de cateo, o ninguna otra resolución judicial, tampoco se quisieron identificar. 

"Yo nunca vi un incendio, ni siquiera vi que saliera humo, fue una llanta que apareció de la nada, atrás del edificio, no hubo ningún incendio", dice un residente. 

Las familias asistieron a la agencia de ministerio público local, donde no les quisieron tomar declaración, ni se interesaron por atender la denuncia que estaban haciendo. En la Comisión de Derechos Humanos del Estado de Puebla sólo les faltaba el trámite de ratificación de la queja.