El amor en tiempos de Covid-19

El 14 de febrero, día del amor y la amistad, será diferente debido al coronavirus

“Lleve la rosa, para la novia, de a 80 solamente. Regale un ramo para el 14”, grita Ramón Alba, un vendedor de flores en el cruce del Bulevar 5 de mayo y la 25 poniente, mientras recorre los autos ofertando sus ramos de flores en vísperas del Día de San Valentín. 

“La neta no creo vender mucho ni hoy ni mañana, porque este pinche bicho nos está desgraciando todo. La gente ya no compra nada de flores, muy de vez en cuando. Ahorita solo llevo tres ramos, otros años me sacaba hasta 25 o 30”, dijo Ramón, quien no tiene éxito en sus ventas tras cuatro semáforos que parpadean. 

Un 14 de febrero tradicional por festejar a los enamorados, pero atípico por un coronavirus que invadió el mundo, y destruyó celebraciones anuales, tal es el caso. 

El Día de Amor y la Amistad es una fecha donde los vendedores de flores,suben sus ventas, y sorpresivamente para Ramiro González, quien se encuentra sobre el mismo Bulevar 5 de mayo pero en contra esquina con la 31 poniente, corre con un poco más de fortuna que con su similar, pues lleva una buena venta y que ademas en este caso las rosas no son su fuerte, más bien los girasoles. 

“No me esperaba esto la verdad, hoy estamos a 13, pero aún así ya llevo vendidos casi 700 pesos. Eso lo vendí en casi dos semanas en enero. No se compara con otros años que llegaba a sacar más de 4 mil pesos en los dos días (13 y 14), pero para lo que está pasando es un alivio”, contó, mientras regresa rápidamente a su carrito de trabajo donde lo acompaña otros tres jóvenes. 

Y así es, en 10 minutos transcurridos, es decir, en seis semáforos entre los dos cruces llegó a vender dos ramos de rosas, y uno más de girasoles, uno más que su colega que se encontraba calles atrás. 

Mientras que, del otro lado de la moneda está la carencia de clientes y el hartazgo por lo mismo, ya que tres calles atrás, en la 31 poniente y la 2 sur, está un local establecido, sin embargo, su manera en que más solía vender es pasar carro por carro ofreciendo sus ramos de flores; hoy 13 de febrero simplemente desisten y esperan a que algún cliente se acerque. 

Pues, en 15 minutos el rechazo de muchas personas al unísono del ‘no’ los hace no vender de la forma en como lo hacían. 

Paulina Hernández, dependienta del lugar comentó que ahora sólo dejan la mesa afuera del local, como si fueran ambulantes con la intención de atraer a la clientela, pero ni eso les da resultados. 

“Será un 14 de febrero triste. Solíamos vender mucho y por eso es que pusimos en local, nosotros vendíamos como ambulantes pero las ganancias nos permitieron progresar, ahora ya no se puede. Solemos ofrecer carro por carro en el semáforo pero ya mejor dejamos la mesa afuera con girasoles para ver si a la gente le llama la atención”, confesó.

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