A un año de que llegó a México el primer contagio de covid-19, y un poco más de este tiempo a Puebla, se ha hecho el diagnóstico de los efectos negativos que todo esto trajo; las principales son la disminución laboral, la decadencia económica. 

Y es que, el 70 por ciento de los hogares llegaron a sufrir algún tipo de afectación económica, cabe resaltar que esto es con base en el Diagnóstico del Cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) para evaluar los estragos de la covid-19 realizado por el Ayuntamiento de Puebla en el periodo de marzo a agosto de 2020. 

Además, el 55.6 por ciento de los hogares obtuvieron ingresos por debajo de la línea de bienestar mínimo, es decir, la remuneración económica mensual no fue la suficiente para poder alimentar a todos los integrantes de la familia, esto si se toma en cuenta el valor de la canasta alimentaria, de acuerdo con Coneval. 

Mientras que en el ámbito laboral, el 26.4 por ciento de los hogares un miembro de la familia perdió su empleo; y de ese porcentaje, el 48.1 tuvo una reducción salarial y al 23 por ciento no pudo recibir ingreso mensual porque no se le pagó. 

Los miembros de la familia que sostienen el hogar, al 60.8 por ciento se les vio afectado de algún modo su ingreso. Y algo a resaltar es que, de acuerdo a este estudio, el 29.9 por ciento de los hogares tuvo un cambio en el sostén, puesto que de ese número, el 44.2 por ciento el abuelo o abuela en algún momento de los meses ya mencionados sostuvo el hogar. 

Como no era de extrañarse, en cuanto a la salud las familias poblanas también sufrieron los daños originados por la covid-19, más allá de la muerte o contagio dentro del círculo cercano, puesto que, el 51.9 por ciento de los hogares tuvo un cambio en el monto de gasto en materia de salud. 

El 15.6 por ciento cuenta con algún adulto mayor que requiere de atención de salud constante; además que el 25.9 por ciento no tiene acceso a los servicios médicos públicos. 

En los rubro de la educación, el 4.2 por ciento de los hogares que cuentan con algún miembro de la familia que se encontraba estudiando, dejó de hacerlo derivado de la pandemia por coronavirus. 

Mientras que, el 6.3 por ciento de familias, tuvo que cambiar a los alumnos de una escuela de mayor costo, a una con uno menor. Sin embargo, el 14.6 por ciento de hogares con estudiantes, tuvo apoyo de alguna beca para continuar con sus estudios. 

Derivado de esto, la educación remota fue prescindible al grado de que el 41.46 por ciento de los hogares con población estudiantil tuvo que optar por comprar un dispositivo electrónico. Y además, el 9 por ciento de familias decidió incrementar su velocidad de internet. 

Dentro de lo más destacado, en cuanto a la equidad de género se vivió que el 39 por ciento de hombres y el 28 de mujeres dedicaron ocho horas diarias al trabajo remunerado. 

Sin embargo, el 30.2 por ciento de hombres obtuvo ingresos de entre 6 mil 600 y 13 mil 200 pesos; y el 30.9 por ciento de mujeres obtuvo entre 3 mil 300 6 mil 600 pesos.