En medio de un operativo policiaco, Guillermo Aréchiga Santamaría dejó la titularidad de la Secretaría de Movilidad y Transporte.

Fue el mismo exfuncionario quien confirmó su destitución a través de sus redes sociales.

Sin embargo, Aréchiga Santamaría había mantenido ciertos compromisos cuando arribó en el 2019 con el gabinete del actual gobernador, Miguel Barbosa Huerta, mismos que no cumplió.

Uno de ellos fue la modernización del transporte público. Este servicio tuvo un incremento al pasaje el pasado 12 de octubre de 2019, ya que el costo actual es de 8 pesos para las unidades tipo van y 8.50 pesos para los camiones y microbuses, pero no hubo una mejoría notable.

Es decir, tuvo un incremento del 46 y 41 por ciento. Y todo esto era supuestamente para modernizar y dejar en óptimas condiciones el transporte público.

Estas mejoras incluían ciertos compromisos: implementación de GPS en las unidades, cámaras de video vigilancia, y botones de pánico al interior del transporte. En teoría, esto tenía un plazo de vigencia de 120 días para cumplirlos, o se les retirarían las unidades y concesiones.

Y es que solamente han sido poco menos de 400 unidades, de 14 mil 350 que cumplieron con colocar los dispositivos de seguridad ya mencionados.

También, dichas cámaras de vigilancia debían estar conectadas con el Centro de Control, Comando, Comunicaciones, y Cómputo (C5), sin embargo, este compromiso fracasó ya que estaban vinculadas a una plataforma digital particular.

Mientras que de 30 mil unidades que se tienen registradas, el 40 por ciento deben modernizarse, y solo 6 mil de ellas fueron modificadas; en su mayoría de tipo van por su costo que ronda los 800 mil pesos, menor al de un microbús que oscila el millón y medio de pesos.

Otro punto, fue la eliminación de taxis piratas, quienes eran visualizados en el Periférico Ecológico, Angelópolis, y Vía Atlixcáyotl a pesar de que se haya reportado que en operativos se retiraron más de mil unidades.