Derivado de la pandemia por covid-19, se han creado diferentes artefactos que supuestamente ayudan a prevenir un contagio, un ejemplo son unas tarjetas que crean una barrera de protección.

Es decir, se cree que al usar una tarjeta de estas colgada al cuello, se creará una barrera de protección de hasta un metro cuadrado alrededor de la persona, sin embargo, no es así.

El gobernador de Puebla, Miguel Barbosa Huerta portó uno de estos artefactos con la leyenda “NASA” el pasado 17 de marzo cuando asistió a la conferencia mañanera del presidente Andrés Manuel López Obrador.

En primera instancia se creía que era una tarjeta que contenía dióxido de cloro, el cual resulta dañino para el ser humano, y que ha sido implementado como “líquido milagroso” contra el coronavirus.

“Solo es charlatanería, en sí las tarjetas no hacen nada. Sí tienen dióxido de cloro pero no el suficiente para intoxicar al humano, pero tampoco es bueno que se usen porque se da el ejemplo a la gente que este químico es bueno para combatir el virus y no es cierto, al contrario, eso sí es dañino y hay estudios que lo avalan”, comentó Isahín Barranco, médico militar quien trata covid-19.

Asimismo, el médico indicó que el portarlo y más una figura pública, puede ser contraproducente porque la gente se podría influenciar por estos actos y acudir a este “remedio”.

“Que el gobernador lo use ya es grave, imagínate que la gente crea que de verdad funciona contra la covid, al rato van a empezar a ingerirlo y ahí ya viene lo preocupante”.

Sin embargo, este artefacto no contiene dióxido de cloro, sino iones o cargas eléctricas para “sanitizar” las moléculas del aire del ambiente donde está individuo que lo porta.

Barbosa Huerta utilizó uno llamado Self RCI, el cual en la página web del vendedor dice que está “avalado por la NASA”, con un costo de 95.59 euros, es decir, aproximadamente 2 mil 350 pesos mexicanos.

“El Self genera un potente aire iónico, creando una pantalla que previene que las partículas entren en la zona de respiración personal. No trata el aire alrededor del individuo, sino que crea una especie de burbuja protectora que mantiene alejados contaminantes y patógenos”, es la descripción del vendedor.

Además, el mismo vendedor especifica que este artefacto “no trata, cura, disminuye la progresión o la gravedad, ni previene ninguna enfermedad, incluido COVID-19”.