La extensión del COVID-19 por todo el país ha dado lugar a una amplia diversidad de situaciones, la capital poblana ha batallado en obedecer las restricciones sanitarias como la cuarentena mientras otros avanzan en la desescalada. No obstante, ya se ha perdido el temor compartido por todos: ¿habrá rebrotes? ¿Cuál es el papel de las decisiones individuales y cómo pueden influir en superar la pandemia?

Así mismo, la misma Organización Mundial de la Salud (OMS) señaló que la pandemia está lejos de terminar por la baja de restricciones y la falta de seriedad que la gente y gobiernos están dando a la pandemia.

En este sentido, Dulce María Judith Pérez Torres, psicóloga social y doctora en pedagogía de la Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla (Upaep), señaló que al pasar el tiempo y notar que en nuestro entorno directo no hay gente con la enfermedad es más fácil pensar que todo es seguro.

Indicó que los meses donde más afluencia de personas relajadas se vio fue en diciembre y Semana Santa.

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“En diciembre por el frío y por lo que sabíamos de las noticias entendimos que la H1N1 podía confundirse con el covid y la gente volvió a cubrirse, a taparse. Muchos obedecieron las indicaciones, pero otros salieron a la playa, regresaron y no les pasó nada", dijo. 

"Por lo que ante los comentarios de que no pasó nada, las personas creyeron que esto no iba a afectar, con forme pasó el tiempo, los decesos tuvieron un aumento alarmante. Y eso nos hace muchas veces irresponsables en seguir cuidándonos,” explicó.

La especialista refirió que al llegar la vacuna, la ciudadanía la tomó como un antídoto, así mismo , hizo que las personas sintieran mayor seguridad y libertad de poder salir de sus casas para socializar y mantener situaciones de descuido y poca socialización de cuidado que van incrementado.