Cae el presunto asesino de Thalía

*Se trata de su cuñado, Josué Isabel Mendoza Morales  Víctor HERNÁNDEZ  El homicidio de Thalía Martínez Ramírez, ocurrido en julio del año pasado, habría quedado esclarecido con la detención de su cuñado –esposo de su hermana–, como probable responsable de haber cometido el crimen. Siete meses de investigación por parte de la Dirección General de Atención a Delitos de Alto Impacto (DGDADAI) derivaron en la detención de Josué Isabel Mendoza Morales, de 26 años de edad. Martínez Ramírez fue vista por última vez el 14 de julio por la mañana, cuando salió de su domicilio, en el fraccionamiento Heritage, ubicado en las inmediaciones del Camino al Batán, cuando salía con rumbo a la Facultad de Ciencias de la Comunicación de la BUAP –en la zona de Angelópolis–, pues debía presentar un examen de Economía. Dos semanas después, el 22 de julio, su cadáver fue encontrado en una barranca ubicada en el kilómetro 11+800 de la Vía Atlixcáyotl, envuelto en dos bolsas de plástico para basura, amarradas con un cable. El caso fue tomando diversas facetas, primero la desaparición de la joven estudiante, quien contaba con 22 años, luego el homicidio y posteriormente se investigó un posible secuestro, ya que el día que se halló el cuerpo, la familia comenzó a recibir mensajes de texto mediante los cuales les exigieron 750 mil pesos a cambio de su libertad. La primera línea de investigación señalaba como responsable a Diego Armando Ríos Alonso, exnovio de la finada e hijo de una comandante de la Policía Ministerial, pues había antecedentes de que la celaba en exceso y de violencia por parte de él. Y mientras todo esto ocurría, Josué Isbael Mendoza permanecía junto a la familia, todos notaron su cambio de actitud, aunque nunca sospecharon por qué ni pensaron que estuviera relacionado con la desaparición y asesinato de Thalía. Apuntes de una investigación El viernes 22 de julio por la mañana, Adriana Ramírez Sánchez, madre de Thalía, recibió una serie de mensajes a su teléfono celular mediante los cuales presuntos zetas le exigían 750 mil pesos en efectivo para devolverle con vida a su hija, quien supuestamente estaba secuestrada. Sin embargo, horas después hallarían el cuerpo en las inmediaciones de la autopista a Atlixco, estaba en avanzado estado de putrefacción, pero eso no impidió que la familia le identificara por la ropa que llevaba puesta. Los mensajes exigiendo el pago del rescate cesaron, pero dieron pie a que la investigación que originalmente se había iniciado por homicidio, pasara a manos de la DGADAI al presumirse el secuestro. Hermanos, amigos y demás familiares fueron citados para comparecer ante el Ministerio Público, varios incluso fueron sometidos a la prueba de polígrafo en las instalaciones de la PGR en la Ciudad de México, uno de ellos fue Josué. Una vez que la DGADAI comenzó con la indagatoria, Adriana Ramírez comenzó a recibir mensajes de nueva cuenta. El primero de ellos llegó el 18 de agosto, se trataba de una amenaza: que dejara de indagar sobre la muerte de Thalía o le iba a pesar. Cuando se rastrearon los datos del número telefónico del cual fue enviado el mensaje se obtuvo el nombre de Axel Rivera, un alias que utilizaba Diego Armando Ríos Alonso en su cuenta de Facebook, situación que lo implicaba aún más en el crimen. Pero de las cinco líneas de investigación que se abrieron, había una que hasta finales del año pasado no estaba del todo concretada, y era la que apuntaba a Josué, pues tenía una serie de problemas con la familia de su esposa Adriana Martínez Ramírez, hermana de Thalía. En los años 2009 y 2010, el Ministerio Público inició averiguaciones previas en su contra por el delito de robo a casa habitación, cometido en agravio de su suegra, quien desistió en ambos casos, para evitarse conflictos con su hija. Por si fuera poco, Ramírez Sánchez señaló a los agentes investigadores que había algo raro en su yerno, pues cada fiesta o reunión familiar en la que coincidían, él intentaba besarla, la pretendía o se le insinuaba, comportamiento que derivó en distanciamiento. Sólo Thalía frecuentaba a su hermana y por ende a Josué, quien según sus propias declaraciones, decidió proponerle tener relaciones sexuales y en caso de que se negara, abusaría de ella y la mataría. El fatídico 14 de julio de 2011 El día que ocurrieron los hechos, el probable responsable salió de su casa, pasó a una tienda y compró dos bolsas para basura, luego llegó hasta la casa de Thalía, ubicada en el Camino al Batán número 100, y esperó hasta que saliera, pues sabía que tenía un examen en la universidad y aprovecharía para llevar a cabo su plan. Por la relación familiar que tenían, Thalía no dudó en aceptar que la llevara a la escuela, pues según su cuñado, le quedaba de paso para ir al trabajo. Sin embargo, en el camino intentó besarla y ella se resistió. Iracundo, Mendoza Morales la golpeó hasta dejarla inconsciente y condujo hasta el motel San Francisco, ubicado en carretera Valsequillo y Periférico Ecológico, en San Francisco Totimehuacán. La metió a una de las habitaciones y la violó, para luego quitarle la vida ahorcándola. Perpetrado el crimen, Josué subió el cadáver a su coche y salió del motel para dirigirse a otro, el Villa las Flores, ubicado en la carretera federal a Atlixco y el Periférico, entró a la habitación 102 y procedió a meter el cuerpo en las bolsas que previamente había comprado. Luego, según explicó, cortó el cable de la televisión y con ese amarró las bolsas, para luego llevar los restos de Thalía hasta el mirador de la Vía Atlixcáyotl, donde se deshizo del cuerpo y se dio a la fuga. La detención Luego de rastrear números telefónicos, llamadas y mensajes de texto, los investigadores encontraron un dato importante: el probable responsable se encontraba en diferentes lugares cada que hablaba o enviaba el SMS, pero siempre cerca de la empresa AMECO, ubicada en la colonia Anzures y centro de trabajo de Josué. El representante social giró un citatorio para que se presentara a declarar, el probable responsable no acudió al requerimiento y por ello se libró una orden de presentación para que fuera ejecutada por agentes ministeriales. El pasado 9 de febrero, Josué intentó darse a la fuga al darse cuenta que la policía iba por él, sólo que pensó que ya había sido descubierto, cuando lo único que buscaban las autoridades era que declarara con relación a los hechos. Al cuestionarle el por qué de su actitud, Josué Mendoza confirmó las sospechas, él había matado a Thalía, proporcionó información precisa de la localización de diversos elementos que permiten establecer su culpabilidad. Sin embargo, faltan diligencias por realizarse, motivo por el cual Mendoza Morales permanecerá arraigado durante 30 días, a fin de que la DGADAI robustezca la investigación en su contra y pueda ser consignado a un Juzgado de Defensa Social.
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