Mata a su esposa

**Un ex militar y actual guardia de seguridad privada la asesinó a puño limpio Víctor HERNÁNDEZ UNA MUJER de 59 años de edad murió tras recibir brutal golpiza, a puño limpio, por parte de su esposo, un ex militar y actual guardia de seguridad privada. El agresor quedó a disposición de la fiscalía de Homicidios. Lo que los familiares calificaron falsamente como una “bella historia de amor”, en realidad fueron varios años de violencia doméstica que, como la mayoría de casos, terminó en tragedia. Los hechos, se presume, ocurrieron el pasado fin de semana, sin embargo, quedaron al descubierto, luego de que ayer por la tarde, Diana Rodríguez Rivera, hija de la hoy finada y del acusado, llegó a visitar a sus padres al domicilio ubicado en la calle Gabriel García Márquez, manzana 16, lote 17, esquina con Mario Benedetti, en la colonia Balcones del Sur. La mujer y su esposo no pudieron entrar porque su padre, Serafín Rodríguez Romano, de 58 años de edad, no lo permitía. El sujeto tenía atrancada la puerta, pero no decía cuál era el motivo, así que Diana pidió apoyo a la presidenta de la colonia, y esta a su vez, a elementos del Sector 2 de la Policía Municipal, que llegaron y abrieron por la fuerza. En el interior se percibía un olor fétido y en una de las habitaciones, encontraron el cadáver de Ana María Rivera Noriega, de 59 años de edad, que ya empezaba a descomponerse y presentaba lesiones contusas, principalmente en la cabeza. De inmediato, se procedió al aseguramiento del agresor, quien en sus primeras declaraciones confesó haber privado de la vida a su esposa a puño limpio, luego de golpearla cuando ambos estaban alcoholizados. Horas después, cuando se dio cuenta de lo sucedido, Rodríguez Romano hizo todo lo posible por encubrir su delito, pero no lo logró. Se presume que después de agredir a su esposa, el ahora detenido se fue a dormir, mientras ella se quedó tirada en el suelo, comenzó a vomitar por los golpes que recibió en la cabeza, e instantes después murió. El agente del Ministerio Público del área de Homicidios confirmó el deceso de la quincuagenaria y señaló que la víctima estaba confinada a una silla de ruedas pues desde hace tiempo había perdido movilidad en manos y piernas a causa de la artritis, también era diabética y alcohólica. La adicción de Serafín lo hizo perder su trabajo en el Ejército Mexicano, también en el Cereso de San Miguel. Actualmente se ganaba la vida como guardia de seguridad privada, no obstante, bebía todos los días, según refirieron sus familiares. Aarón Eleazar Pérez Noriega, medio hermano de la hoy finada, señaló que Ana María amó mucho a su esposo, “recuerdo que desde pequeño, toda la familia le decíamos que lo dejara, porque siempre la golpeaba y cuando tomaba se tornaba violento, inclusive con nosotros, pero ella nunca lo dejó”, refirió el deudo.
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