Azota a Puebla robo de vehículos

En cuestión de horas, tres unidades fueron arrebatadas a sus dueños, en los delitos estuvo presente el uso de armas  Víctor HERNÁNDEZ Imparable el robo de autosEn tres distintas zonas de la ciudad de Puebla, sujetos a mano armada se robaron un par de vehículos (una motocicleta y un vehículo particular), además de la caja de un tractocamión tras someter a los conductores y despojarlos, además, de sus pertenencias, tales como cartera con dinero en efectivo, reloj y teléfono celular. El primero de los robos se registró el martes en la mañana, en calles de la colonia Miguel Hidalgo, donde el agraviado fue un motociclista, que se detuvo en una esquina y en ese momento fue interceptado por los amantes de lo ajeno. La denuncia fue interpuesta por el agraviado, de nombre Édgar Gutiérrez Hernández, quien explicó que los hechos se registraron en la calle Ferrocarril esquina con 16 de Septiembre, cerca de los límites con la colonia San Antonio Abad. El declarante se estacionó en ese lugar, poco antes de que el reloj marcara las 7 horas, bajó de la motocicleta y en ese momento, dos hombres se le acercaron y uno de ellos lo amagó con la pistola que portaba, lo alejó del vehículo y esperó a que su cómplice tomara el control de la unidad y encendiera el motor. Con todo listo para darse a la fuga, ambos delincuentes abordaron la motocicleta y huyeron con rumbo hacia la autopista Puebla-Orizaba, en una moto marca Yamaha, modelo 2012, de color blanco y con placas de circulación F45CT, particulares del estado de Puebla. El agraviado acudió a la fiscalía especializada en la investigación de robo de vehículos, donde se dio inició a la averiguación previa 156/2014/RVPUE; el monto de lo robado se estimó en unos 30 mil pesos. Asimismo, el martes, pero en la noche, otros dos sujetos amagaron al propietario de un vehículo Chrysler tipo Cirrus, de color rojo y con matrícula TTW 28-31 del estado de Puebla, en inmediaciones de la colonia El Refugio. El agraviado, Raúl Serrano Lizaola, señaló que ya cerca de las 22 horas, estacionó su automóvil en la calle Flamencos, frente al número 150, en la colonia antes mencionada, y que al estarlo cerrando, dos hombres llegaron y arremetieron en su contra a golpes. Lo despojaron de sus pertenencias y de las llaves de la unidad, a bordo de la cual se dieron a la fuga con rumbo desconocido. Algunos vecinos lo apoyaron dando el aviso correspondiente a los números de emergencia, inclusive arribó la policía, pero para entonces, ya había transcurrido el tiempo suficiente como para que los delincuentes se alejaran; a pesar de los recorridos, no se dio con el paradero de la unidad, ni de los responsables. La misma fiscalía inició la averiguación previa 157/2014/RVPUE, tras recibir la declaración de Raúl Serrano, quien señaló que después se presentaría a proporcionar el monto de lo robado. El lunes en la madrugada, otro transportista fue víctima de la inseguridad que se vive a lo largo de la autopista México-Veracruz, pues fue asaltado por hombres armados que no se robaron todo el tractocamión, sólo el contenedor de la unidad, pero hasta el momento no se ha determinado si transportaba o no mercancía. El agraviado permaneció oculto varios minutos en el camarote del camión, y desde ahí escuchó cómo desenganchaban la caja, cuando se sintió seguro, salió y se dio cuenta que lo habían abandonado a varios metros de la autopista, y que sólo dejaron la cabeza del tracto. Irving Gómez Sandiel acudió entonces a la fiscalía especializada en la investigación de robo de vehículos, para presentar la denuncia correspondiente, sin embargo, el monto de lo robado no se estimó. Los hechos se registraron cerca de las 4 horas del 20 de enero, cuando el afectado se estacionó a la altura del kilómetro 120 de la autopista en el tramo México-Puebla, su intención dijo, fue para comprar café y quitarse un poco el frío, y para revisar el sistema de frenos de la unidad, pues se dirigía al sureste del país. Le dio tiempo de comprar el café, pero justo cuando revisaba los tambores de los frenos, tres sujetos desconocidos lo interceptaron, lo amagaron con armas de fuego y lo obligaron a subir al camión, ordenándole que se metiera al camarote. Gómez Sandiel, temiendo por su integridad, no puso resistencia y acató la orden. Posteriormente, uno de los delincuentes puso en marcha la pesada unidad, con rumbo desconocido. Al cabo de varios minutos, llegaron a un punto donde se detuvieron y a él, lo amarraron de pies y manos para asegurarse de que no intentara escapar. Desde el camarote, Irving Gómez escuchó cómo desenganchaban el contenedor, y más tarde, al ya no escuchar ruidos, empezó a liberarse de sus ataduras. El lunes en la mañana, puso en marcha la cabeza del tractocamión, pues esa no se la robaron, y acudió a pedir ayuda. Los agentes federales con los que se encontró, le indicaron el lugar al que debía dirigirse para presentar su denuncia.
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